Cada Día con Dios

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Un servicio racional, 15 de febrero

Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Santiago 3:16, 17. CDCD 52.1

Hay algo de lo que estoy completamente convencida. No es el deber de los hijos de Dios permanecer donde prevalece una atmósfera objetable, y donde su salud está continuamente amenazada. Muchos de nuestros hermanos lo han hecho y han perdido la vida. Cuando en cierto lugar el ambiente está saturado de fricciones, cuando la tarea del obrero resulta sumamente difícil por causa de los que estan continuamente contrarrestando sus esfuerzos y complotando para lograr ventajas, vaya entonces el obrero a otro lugar donde el clima sea más saludable desde el punto de vista espiritual, y donde tenga más esperanzas de lograr el éxito... CDCD 52.2

Debemos recordar que en cada lugar donde trabajamos al lado del Señor, contrarrestamos los esfuerzos de los instrumentos satánicos. Usted ha pasado por pruebas, y tendrá que enfrentarlas en mayor o menor medida doquiera vaya. Satanás vigilará cada debilidad de carácter, y luchará para lograr el dominio; pero no podemos perder la oportunidad de lograr la victoria para el bando del Señor... CDCD 52.3

Las dificultades de la actualidad asumen diversas formas, pero Cristo ya ha pasado por ese terreno y no necesitamos permanecer en la incertidumbre. Nos invita con estas palabras: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30. Su promesa es: “Con él estaré yo en la angustia”. Salmos 91:15. CDCD 52.4

¡Oh, qué fortaleza y baluarte es él para nosotros! Me he sentido muy apenada porque algunos de los que... tienen evidencias de que el Señor ha usado a este débil instrumento para revelar grandes y eternas verdades, se están apartando de las fuentes de aguas vivas para cavar pozos y beber de cisternas rotas. Noche tras noche mi alma pasa en agonía. Sólo puedo dormir unas pocas horas, porque el pensamiento de los que caminan por sendas equivocadas aflije mi alma.—Carta 80, del 15 de febrero de 1906, dirigida a T. M. Wilcox, gerente del Sanatorio de Bowlder, Colorado, y más tarde director de la Review and Herald. CDCD 52.5