Cada Día con Dios

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La importancia del trabajo manual, 13 de julio

Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 1 Tesalonicenses 2:9. CDCD 201.1

Aunque Pablo se sentó como diligente alumno a los pies de Gamaliel, también aprendió un oficio. Era un educado fabricante de tiendas. Era costumbre entre los judíos, tanto ricos como pobres, preparar a sus hijos e hijas en un empleo útil, de manera que si sobrevenían circunstancias adversas no necesitaban depender de los demás, sino que disponían de capacidad y preparación a fin de proveer lo necesario para la satisfacción de sus propias necesidades. Debían ser instruidos en algún ramo literario, pero también debían ser preparados para desempeñar un oficio. Se consideraba que esto era parte indispensable de su educación. CDCD 201.2

El testimonio de Pablo y Aquila nos revela que su ocupación consistía en hacer tiendas. Mientras predicaban el Evangelio, Pablo y sus compañeros se dedicaban a su oficio de fabricantes de tiendas, y al hacerlo podían impartir un conocimiento más cabal de Cristo a sus oyentes. Trabajaban a fin de obtener dinero para ganarse la vida... CDCD 201.3

En Corinto [Pablo] vivió y trabajó con Aquila y Priscila y les dio instrucción más definida acerca de la verdad. El gran apóstol no estaba avergonzado de su trabajo ni le tenía miedo, y no trató el asunto como si de alguna manera rebajara su labor en el ministerio... CDCD 201.4

La costumbre de sostener a hombres y mujeres que permanecen ociosos mediante donativos o dinero proveniente de la iglesia, promueve hábitos pecaminosos y debiera ser evitada concienzudamente. Todo hombre, mujer y niño deberían ser educados para desempeñar tareas prácticas y útiles. Todos deberían aprender algún oficio. Este podría ser fabricar tiendas o cualquier otro trabajo; pero todos deberían ser educados para usar los miembros de su cuerpo con algún propósito, y Dios está dispuesto a aumentar la adaptabilidad de los que quieran desarrollar hábitos de trabajo. CDCD 201.5

Si un hombre goza de buena salud física y dispone de bienes, de manera que no necesita emplearse para ganarse la vida, debería trabajar para obtener medios que le permitan promover el progreso de la causa y la obra de Dios. No deben ser “perezosos” sino “fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”. Romanos 12:11. Dios bendecirá a todos los que ejerzan influencia en este sentido sobre los demás.—Manuscrito 93, del 13 de julio de 1899. CDCD 201.6