Cada Día con Dios

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Vayan hoy a trabajar, 8 de junio

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Proverbios 9:10. CDCD 166.1

A cada alma se le han confiado diversas capacidades. Son talentos que deben perfeccionarse mediante el servicio fiel, de manera que Cristo, en ocasión de su venida, pueda recibir lo suyo con usura. CDCD 166.2

Oímos hablar mucho de educación superior en el sentido en que el mundo considera este asunto. Pero los que no conocen la educación superior, tal como fue enseñada y ejemplificada en la vida de Cristo, ignoran lo que es. La educación superior implica conformidad con el plan de salvación. Implica la experiencia de contemplar diariamente a Jesús y de colaborar con Cristo para la salvación de los que perecen. CDCD 166.3

La ociosidad es pecado porque hay un mundo por el cual trabajar. Cristo dio su vida para elevar a los degradados y pecadores. Aunque era el Príncipe del cielo, vivió, sufrió y murió bajo el abuso y la burla de los hombres caídos, y todo esto con el fin de preparar mansiones en las cortes celestiales para la familia humana. Cristo impartió instrucción del orden más elevado. ¿Podemos imaginarnos una educación superior a la que se puede obtener en cooperación con él? CDCD 166.4

Ahora es el momento de trabajar. El fin de todas las cosas se acerca; la noche viene cuando nadie puede obrar. Esta noche está más próxima de lo que algunos suponen. Exalten al Hombre del Calvario frente a los que viven en pecado. Mediante la pluma y la voz trabajen para disipar las falsas ideas que han tomado posesión de las mentes de los hombres con respecto a la educación superior. A cada obrero Cristo ordena: “Vayan hoy a trabajar a mi viña para gloria de mi nombre”. Presenten ante un mundo cargado de corrupción la bendición de la verdadera educación superior. Cada creyente debe irradiar luz. Al cansado, cargado, desanimado y perplejo se le debe señalar a Cristo, la fuente de toda vida y fortaleza espiritual... CDCD 166.5

Busquen la educación superior que es plena conformidad con la voluntad de Dios, y seguramente van a recibir la recompensa que produce el aceptarla. Si a cada hora se ubican ustedes donde pueden recibir las bendiciones de Dios, el nombre del Señor será magnificado por medio de sus vidas.—Carta 102, del 8 de junio de 1909, a E. A. Sutherland y P. T. Magan, ex educadores en Battle Creek y Berrien Springs, pero en ese momento maestros de la escuela de Madison, Tennessee. CDCD 166.6