Consejos para la Iglesia

321/325

Capítulo 66—“He aquí yo vengo pronto”

Hace poco, durante la noche, El Espíritu Santo me impresionó con el pensamiento de que si el Señor ha de venir tan pronto como nosotros creemos que lo hará, deberíamos ser más activos aún de lo que hemos sido en los años pasados en la tarea de presentar la verdad a la gente. CPI 645.1

En relación con esto rememoré las actividades de los creyentes adventistas de los años 1843 y 1844. En aquella época se realizaban muchas visitas de casa en casa y se efectuaban esfuerzos incansables para advertir a la gente acerca de lo que se dice en la Palabra de Dios. Deberíamos desplegar un esfuerzo mayor aún del que realizaban los que proclamaron tan fielmente el mensaje del primer ángel. Nos aproximamos rápidamente al fin de la historia terrena, y al comprender que Jesús en realidad está por venir debemos ponernos de pie y trabajar como no lo hemos hecho nunca antes. Se nos pide que hagamos resonar la alarma ante la gente. Y debemos mostrar en nuestras propias vidas el poder de la verdad y la justicia. El mundo ha de encontrarse pronto con el gran Legislador para dar cuenta de su transgresión de la ley. Únicamente los que se apartan de la transgresión y aceptan obedecer pueden esperar perdón y paz. CPI 645.2

¡Cuánto bien podría realizarse si todos los que tienen la verdad, la Palabra de vida, trabajaran por el esclarecimiento de los que no la poseen! Cuando los samaritanos acudieron a Cristo en respuesta a la invitación de la mujer samaritana, Cristo los comparó, al hablar con los discípulos, a un campo de trigo listo para la siega. Les dijo: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”. Juan 4:35. Cristo permaneció dos días con los samaritanos, porque estaban hambrientos de oír la verdad. ¡Y fueron días ocupadísimos! Como resultado, “creyeron muchos más por la palabra de él”. Juan 4:41. Este fue su testimonio: “Nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo”. Juan 4:42.1 CPI 646.1