Consejos para la Iglesia

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Capítulo 62—El tiempo del zarandeo

El apóstol exhorta a los hermanos con estas palabras: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes... en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. ¡Oh, que día está delante de nosotros! ¡Qué zarandeo habrá entre aquellos que pretenden ser hijos de Dios! Los injustos serán encontrados entre los justos. Los que tienen gran luz y no han andado en ella, tendrán tinieblas correspondientes a la luz que han despreciado. Necesitamos prestar atención a la lección contenida en las palabras de Pablo: “Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”. El enemigo está trabajando diligentemente para ver a quién puede añadir a las filas de la apostasía; pero el Señor viene pronto y antes de mucho todo caso será decidido para la eternidad. Aquellos cuyas obras corresponden con la luz que les fue misericordiosamente dada, se encontrarán del lado del Señor.1 CPI 615.1

Pero los días de la purificación de la iglesia se están apresurando rápidamente. Dios tendrá un pueblo puro y verdadero. En el poderoso zarandeo que pronto ocurrirá, estaremos mejor capacitados para medir la fortaleza de Israel. Las señales revelan que está cercano el tiempo cuando el Señor manifestará que su aventador está en su mano, y purificará completamente a su pueblo.2 CPI 615.2