Consejos para la Iglesia

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Instrucciones concernientes a un cambio en la alimentación

Es un error suponer que la fuerza muscular dependa de consumir alimento animal, pues sin él las necesidades del organismo pueden satisfacerse mejor y es posible gozar de salud más robusta. Los cereales, las frutas, las oleaginosas y las verduras contienen todas las propiedades nutritivas para producir buena sangre. Estos elementos no son provistos tan bien ni de un modo tan completo por la dieta de carne. Si la carne hubiera sido de uso indispensable para dar salud y fuerza, se la habría incluido en la alimentación indicada al hombre desde el principio. CPI 416.1

A menudo, al dejar de consumir carne se experimenta una sensación de debilidad y falta de vigor. Muchos insisten en que esto prueba que la carne es esencial, pero se la echa de menos porque es un alimento estimulante que enardece la sangre y excita los nervios. A algunos les es tan difícil dejar de comer carne como a los borrachos renunciar al trago; y sin embargo se beneficiarían con el cambio. CPI 416.2

Cuando se deja la carne hay que substituirla con una variedad de cereales, nueces, legumbres, verduras y frutas que sea nutritiva y agradable al paladar. Esto es particularmente necesario al tratarse de personas débiles o que estén recargadas de continuo trabajo.16 CPI 417.1

Cocinar bien es un requisito esencial, especialmente cuando la carne no constituye el principal alimento. Algo debe prepararse para ocupar el lugar de la carne, y esos substitutos de la carne deben ser bien preparados de modo que no se la eche de menos.17 CPI 417.2

Conozco familias que han cambiado de un régimen a base de carne a otro deficiente. Su alimento está tan mal preparado que repugna al estómago; y estas personas me han dicho que la reforma pro salud no les sienta, pues están perdiendo su fuerza física. El alimento debe prepararse con sencillez, aunque en forma esmerada para que incite al apetito.18 CPI 417.3

Es para el propio bien de la iglesia remanente por lo que el Señor le aconseja a ella que descarte el uso de la carne, el té, y el café, así como otros alimentos perjudiciales. Hay abundancia de otras cosas que podemos usar, para sostener nuestra vida, que son sanas y buenas. CPI 417.4

Los que esperan la venida del Señor, con el tiempo eliminarán el consumo de la carne; la carne dejará de formar parte de su régimen. Siempre debiéramos tener este fin en cuenta, y esforzarnos para avanzar firmemente hacia él.19 CPI 417.5

Las facultades intelectuales, morales y físicas quedan perjudicadas por el consumo habitual de la carne. El comer carne trastorna el organismo, anubla el intelecto y embota las sensibilidades morales. Os decimos, amados hermanos y hermanas, que la conducta más segura para vosotros consiste en dejar la carne.20 CPI 417.6