Consejos para la Iglesia

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Capítulo 33—La crítica y sus efectos

Los cristianos deben cuidar sus palabras—Nunca debieran comunicar a otros informes desagradables de uno de sus amigos, especialmente si saben que falta unión entre ellos. Es cruel hacer insinuaciones y sugestiones, como si uno supiera, acerca de ese amigo o conocido, muchos detalles que ignoran los demás. Estas insinuaciones van más lejos, y crean impresiones más desfavorables que el relato franco y sin exageración de los hechos. ¡Cuánto daño ha sufrido la iglesia de Cristo por estas cosas! La conducta inconsecuente y poco precavida de sus miembros la ha hecho tan débil como el agua. Los miembros de la misma iglesia han traicionado confidencias, y sin embargo los culpables no se proponían hacer mal alguno. Ha hecho mucho daño la falta de prudencia en la selección de los temas de conversación. CPI 309.1

La conversación debe versar sobre las cosas espirituales y divinas; pero ha sucedido de otra manera. Si el trato de los amigos cristianos se dedica principalmente al perfeccionamiento del espíritu y del corazón, no habrá nada que lamentar posteriormente, y se podrá recordar la entrevista con agradable satisfacción. Pero si se dedican las horas a la liviandad y las conversaciones vanas, y se emplea el tiempo en disecar la vida y el carácter de los demás, el trato entre amigos resultará una fuente de mal, y nuestra influencia tendrá sabor de muerte para muerte.1 CPI 309.2