Consejos para la Iglesia

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Deber de los padres al enseñar a los hijos

Enseñad a vuestros hijos que Dios tiene derecho sobre todo lo que poseen, y que ninguna cosa podrá suprimir ese derecho; todo lo que poseen lo han recibido como un legado, para probarlos si serán obedientes. El dinero es un bien necesario; que no se prodigue a quienes no lo necesitan. Hay otros que necesitan vuestros dones voluntarios. Si tenéis hábitos de despilfarro, suprimidlos de vuestra vida tan pronto como sea posible. A menos que hagáis esto, os arruinaréis para la eternidad.11 CPI 277.5

La tendencia de los jóvenes en esta época es descuidar y despreciar la economía, confundiéndola con la mezquindad y estrechez. Pero la economía concuerda con las opiniones y los sentimientos más amplios y liberales. Donde no se la práctica, no puede haber verdadera generosidad. Nadie debe pensar que estudiar la economía y los mejores métodos de aprovechar los fragmentos es rebajarse.12 CPI 278.1

Se debería enseñar a todo joven y niño no solamente a resolver problemas imaginarios, sino a llevar cuenta exacta de sus propios ingresos y gastos. Aprenda el debido uso del dinero usándolo. Enséñese a los niños y a las niñas a elegir y comprar su ropa, sus libros, y otras cosas, ya sean costeados por sus padres o por sus propias ganancias; y si llevan cuenta de sus gastos conocerán, como no lo lograrían de otro modo, el valor y el uso del dinero.13 CPI 278.2

Es posible ayudar en forma imprudente a nuestros hijos. Los que trabajan para sostenerse en el colegio aprecian sus ventajas mejor que quienes las obtienen gracias al esfuerzo de otros, porque saben lo que cuestan. No debemos sostener a nuestros hijos hasta que lleguen a ser cargas incapacitadas. CPI 278.3

Los padres se equivocan acerca de su deber si a un joven dotado de fuerza física le entregan, antes que haya tenido experiencia en el trabajo pesado útil, el dinero necesario para ingresar en un curso de estudios con el fin de llegar a ser un pastor o un médico.14 CPI 278.4

Los hábitos de complacencia propia, o la falta de tacto y habilidad de parte de la esposa y madre, pueden ser una carga constante para la tesorería; y sin embargo, tal vez piense esta madre que está haciendo lo mejor que puede, porque nunca se le enseñó a restringir sus necesidades y las de sus hijos, y nunca adquirió la habilidad y tacto en los asuntos de la familia. Por esto puede ser que una familia necesite para su sostén dos veces más que otra igualmente numerosa. CPI 278.5

Agradó al Señor mostrarme los males que resultan de los hábitos de derroche, para que pueda amonestar a los padres a que enseñen estricta economía a sus hijos. Enséñenles que el dinero que gasten en lo que no necesitan ha recibido un uso pervertido en vez del correcto.15 CPI 279.1