Consejos para la Iglesia

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Necesidad de dominio propio en la disciplina infantil

En la educación de los hijos, hay ciertas circunstancias en las cuales la voluntad firme de la madre se halla en pugna con la voluntad irracional e indisciplinada del niño. En tales casos, la madre necesita mucha sabiduría. Al obrar de una manera poco prudente, al someter al niño por la fuerza, se le puede hacer un daño incalculable. CPI 253.1

Una crisis tal debe evitarse tanto como se pueda, porque implica una lucha violenta tanto para la madre como para el niño. Pero cuando dicha crisis se produce, hay que inducir al niño a someter su voluntad a la voluntad más sabia de sus padres. CPI 253.2

La madre debe dominarse perfectamente ella misma, y no hacer nada que despierte en su hijo un espíritu de desafío. Nunca debe dar órdenes a gritos. Ganará mucho si conserva una voz dulce y amable. Debe obrar con su hijo de un modo que lo conduzca a Jesús. Ella debe acordarse de que Dios es su sostén, y el amor su fuerza. Si es una creyente prudente, no tratará de obligar a su hijo a someterse. Ella orará con fervor para que el enemigo no obtenga la victoria, y mientras ore, se dará cuenta de que su vida espiritual se renueva. Verá que la misma potencia que obra en ella obra también en su hijo. Este se volverá más amable y sumiso. Así ganará la victoria. La paciencia, la bondad, las sanas palabras de la madre cumplen esa obra. La paz sucede a la tormenta como el sol a la lluvia. Los ángeles que observaron la escena entonan gozosos cantos. CPI 253.3

Estas crisis se producen también entre marido y mujer. A menos que ellos estén bajo la influencia del Espíritu de Dios, manifestarán en tales ocasiones el mismo espíritu impulsivo e irracional que se revela tan a menudo en los niños. Esa lucha entre dos voluntades será entonces parecida al choque del pedernal contra el pedernal.9 CPI 254.1