Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
Capítulo 27—El té y el café
Los efectos estimulantes del té y el café
732. El régimen de alimentación y las bebidas estimulantes de estos días no conducen al mejor estado de salud. El té, el café y el tabaco son todos estimulantes, y contienen veneno. No solamente son innecesarios, sino perjudiciales, y deben ser descartados si hemos de agregar al conocimiento temperancia.—The Review and Herald, 21 de febrero de 1888. CRA 505.3
733. El té es venenoso para el organismo. Los cristianos deben abandonarlo. La influencia del café es hasta cierto punto la misma que la del té, pero su efecto sobre el organismo es aún peor. Es excitante, y en la medida en que lo eleve a uno encima de lo normal, lo dejará finalmente agotado y postrado por debajo de lo normal. A los que beben té y café, los denuncia su rostro. Su piel pierde el color y parece sin vida. No se advierte en el rostro el resplandor de la salud.—Joyas de los Testimonios 1:195, 196 (1868). CRA 505.4
734. Enfermedades de todo género y de todo tipo han sido acarreadas a los seres humanos por el uso del té y del café, y de los narcóticos, el opio y el tabaco. Estas complacencias perjudiciales deben ser abandonadas, no solamente una de ellas, sino todas; porque todas son dañinas y ruinosas para las facultades físicas, mentales y morales; y deben ser descartadas desde el punto de vista de la salud.—Manuscrito 22, 1887. CRA 506.1
[Sembrando semillas de muerte—655] CRA 506.2
735. No bebáis nunca té, café, cerveza, vino o cualquier otra bebida alcohólica. El agua es el mejor líquido posible para limpiar los tejidos.—The Review and Herald, 29 de julio de 1884. CRA 506.3
736. El té, el café, y el tabaco, así como las bebidas alcohólicas, constituyen diferentes grados en la escala de los estimulantes artificiales. CRA 506.4
El efecto del té y del café, como se ha mostrado hasta ahora, tiene la misma tendencia que el del vino y la sidra, el licor y el tabaco. CRA 506.5
El café comporta una complacencia dañina. Si momentáneamente excita la mente a una acción inusitada, el efecto posterior es agotamiento, postración, parálisis de las facultades mentales, morales y físicas. La mente se enerva, y a menos que por un esfuerzo determinado se venza el hábito, la actividad del cerebro se disminuye en forma permanente. Todos estos productos irritantes de los nervios están agotando las fuerzas vitales, y la inestabilidad causada por los nervios destrozados, la impaciencia, la debilidad mental, llegan a ser un elemento de combate, que antagoniza con el progreso espiritual. ¿No debieran, pues, los que defienden la temperancia y la reforma, estar alerta para contrarrestar los males de estas bebidas perjudiciales? En algunos casos es tan difícil quebrantar el hábito de beber té y café, como para el alcohólico terminar con el uso del alcohol. El dinero gastado en té y café está más que malgastado. Estos sólo perjudican al que los usa, y esto en forma continua. Los que emplean té, café, opio y alcohol pueden a veces vivir hasta una edad avanzada, pero este hecho no es ningún argumento en favor del uso de estos estimulantes. Lo que estas personas debían haber realizado, pero dejaron de lograrlo, debido a su hábito intemperante, sólo lo revelará el gran día de Dios. CRA 506.6
Los que recurren al té y al café como un estímulo para el trabajo, sentirán los malos efectos de esta conducta en forma de nervios alterados y falta de dominio propio. Los nervios cansados necesitan reposo y quietud. La naturaleza necesita tiempo para recuperar sus energías agotadas. Pero si sus fuerzas son aguijoneadas por el uso de estimulantes, existe, siempre que se repite este proceso, una disminución de la verdadera fuerza. Por un tiempo puede realizarse más bajo el estímulo antinatural, pero gradualmente se va haciendo más difícil despertar las energías hasta el punto deseado, y por fin la naturaleza exhausta ya no puede responder.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 34-36 (1890). CRA 507.1
Efectos dañinos atribuidos a otras causas
El hábito de beber té y café es un mal mayor que el que a menudo se sospecha. Muchos que se han acostumbrado al uso de bebidas estimulantes sufren dolor de cabeza y postración, y pierden mucho tiempo por enfermedad. Imaginan que no pueden vivir sin el estímulo e ignoran sus efectos sobre la salud. Lo que los hace más peligrosos es que sus malos efectos son a menudo atribuidos a otras causas. CRA 507.2
Efectos sobre la mente y la moral
Por el uso de estimulantes, todo el organismo sufre. Los nervios se desequilibran, el hígado desarrolla una acción mórbida, quedan afectadas la calidad y la circulación de la sangre, y la piel se hace inactiva y se vuelve pálida. También la mente se perjudica. La influencia inmediata de estos estimulantes es excitar el cerebro hasta una actividad indebida, sólo para dejarlo más débil y menos capaz de esfuerzo. El efecto posterior es la postración, no sólo mental y física, sino también moral. Como resultado vemos a hombres y mujeres nerviosos, de juicio inseguro y mente desequilibrada. A menudo manifiestan un espíritu apresurado, impaciente, acusador; ven las faltas de los demás, como a través de un vidrio de aumento, y son completamente incapaces de discernir sus propios defectos. CRA 507.3
Cuando estas personas que usan té y café se reúnen para pasar momentos de recreación social, los efectos de su hábito pernicioso son manifiestos. Todos participan libremente de las bebidas favoritas, y a medida que se siente la influencia estimulante, sus lenguas se sueltan, y comienzan con la malvada tarea de hablar contra los demás. Sus palabras no son pocas o bien escogidas. Los bocados selectos de la chismografía empiezan a circular, y demasiado a menudo también circula el veneno del escándalo. Estos chismosos desconsiderados olvidan que tienen un testigo. El Vigilante, invisible, está escribiendo sus palabras en los libros del cielo. Todas estas críticas duras, estos informes exagerados, estos sentimientos de envidia, expresados bajo la excitación de la taza de té, son registrados por Jesús como si hubieran sido dirigidos contra él mismo. “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. CRA 508.1
Estamos ya sufriendo a causa de los malos hábitos de nuestros padres, y sin embargo ¡cuántas personas siguen una conducta aún peor que la de ellos! CRA 508.2
El opio, el té, el café, el tabaco y las bebidas alcohólicas están agotando rápidamente la chispa de vitalidad que todavía queda en la raza humana. Cada año se toman millones de litros de bebidas alcohólicas y millones de pesos se invierten en tabaco. Y los esclavos del apetito, en tanto que gastan constantemente lo que ganan en la complacencia sensual, despojan a sus hijos de alimento, vestido y de las ventajas de la educación. La sociedad nunca podrá estar en su debido estado mientras predominen estos males. CRA 508.3