Consejos Sobre el Régimen Alimenticio

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Algunas cosas que podemos hacer por nosotros mismos

454. Con respecto a lo que podemos hacer por nosotros mismos, hay un punto que requiere una consideración cuidadosa y concienzuda. Debo conocerme a mí mismo, siempre debo aprender cómo cuidar este edificio, el cuerpo que Dios me ha dado, a fin de preservarlo en la mejor condición de salud posible. Debo consumir aquellas cosas que me mantendrán en mejor condición física, y debo tratar especialmente de vestirme en forma tal que permita una circulación saludable de la sangre. No debo privarme del ejercicio ni de aire. Debo recibir toda la luz del sol que me sea posible obtener. CRA 356.3

Debo actuar con sabiduría para llegar a ser un fiel guardián de mi cuerpo. Sería muy imprudente que entrase en una habitación fría cuando estoy transpirando; sería un mayordomo infiel si me sentase en la trayectoria de una corriente de aire, exponiéndome de ese modo a contraer un resfrío. Actuaría insensatamente si me sentara con las manos y los pies fríos, privando de este modo de sangre a las extremidades y congestionando el cerebro o los órganos internos. Siempre debo proteger mis pies de la humedad. CRA 357.1

Debo comer regularmente los alimentos más saludables para producir la sangre de mejor calidad, y no debería trabajar con intemperancia si está en mí el poder impedirlo. CRA 357.2

Cuando he violado las leyes que Dios ha implantado en mi ser, debo arrepentirme y llevar a cabo una reforma, y colocarme en la condición más favorable bajo el cuidado de los médicos que Dios ha provisto: el aire puro, el agua pura, y la valiosa luz del sol de propiedades curativas. CRA 357.3

El agua puede utilizarse en diversas formas para aliviar el sufrimiento. El agua caliente bebida antes de comer (aproximadamente poco menos de medio litro), nunca producirá daño alguno, sino que resultará beneficiosa.—Carta 35, 1890; Mensajes Selectos 2:340, 341. CRA 357.4