Consejos Sobre el Régimen Alimenticio

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La mesa de los ayudantes

444. Tenéis muy poco cuidado y sentís muy livianamente la preocupación de proporcionar comidas bien presentadas y abundantes para vuestros obreros. Ellos son los que necesitan abundancia de provisiones frescas y sanas. Están constantemente cargados de trabajo; su vitalidad debe ser preservada. Sus principios deben ser educados. De entre todos los que se hallan en el sanatorio, ellos deben recibir abundantemente los alimentos mejores, más sanos y más fortificantes. La mesa de vuestros ayudantes debe suplirse, no con carne, sino con una provisión abundante de buenas frutas, granos y hortalizas preparados en forma agradable y sana. Vuestro descuido en hacer esto ha aumentado vuestros ingresos comprometiendo en un grado excesivamente grande la fuerza y las almas de vuestros obreros. Esto no ha agradado al Señor. La influencia del menú entero no recomienda vuestros principios ante aquellos que se sientan a la mesa de los ayudantes.—Carta 54, 1896. CRA 350.2