Joyas de los Testimonios 1

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El amor y el deber*

El amor tiene un hermano gemelo que es el deber. El amor y el deber se encuentran lado a lado. El amor puesto en ejercicio mientras se descuida el deber, hará a los hijos testarudos, voluntariosos, perversos, egoístas y desobedientes. Si se emplea el severo deber solo, sin que el amor lo suavice y domine, tendrá un resultado similar. El deber y el amor deben fusionarse a fin de que los niños sean debidamente disciplinados. 1JT 325.1

Antiguamente, fueron dadas instrucciones a los sacerdotes: “Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio. Y en el pleito ellos estarán para juzgar; conforme a mis derechos lo juzgarán.” Ezequiel 44:23, 24. “Diciendo yo al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, mas su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que de él se aparte, y él no se apartare de su camino, por su pecado morirá él, y tú libraste tu vida.” Ezequiel 33:8, 9. 1JT 325.2

En estos pasajes se presenta claramente el deber de los siervos de Dios. Ellos no pueden eximirse de cumplir fielmente su deber de reprender pecados y males entre el pueblo de Dios, aunque sea una tarea desagradable y no sea aceptada por el que yerra. Pero en la mayor parte de los casos, el que es reprendido aceptaría la amonestación y oiría el reproche si no fuese que otros se interponen en el camino. Estos se acercan como simpatizantes y compadecen al que ha sido reprendido, y creen que deben defenderlo. No ven que al Señor le desagrada el que hace mal, porque la causa del Señor ha sido herida y su nombre cubierto de oprobio. 1JT 325.3

Hay almas que fueron apartadas de la verdad y que perdieron la fe como resultado de la conducta errónea seguida por el que faltó. Pero el siervo de Dios, cuyo discernimiento está entorpecido y cuyo juicio es torcido por malas influencias, se siente tan inclinado a ponerse del lado del ofensor cuya influencia ha hecho mucho daño, como de parte del que reprende lo malo y el pecado, y al hacer así dice virtualmente al pecador: “No se aflija, no se abata; al fin de cuentas Vd. tiene casi razón.” Dice al pecador: “Todo te irá bien.” 1JT 326.1

Dios requiere que sus siervos anden en la luz y no se cubran los ojos para no discernir las obras de Satanás. Deben estar preparados para amonestar y reprender a los que están en peligro por causa de sus sutilezas. Satanás trabaja a diestra y siniestra para obtener ventajas. No descansa. Es perseverante y astuto. Vela para aprovechar toda circunstancia y utilizarla en su guerra contra la verdad y los intereses del reino de Dios. Es lamentable que los siervos de Dios, ante las trampas de Satanás, no ejerzan ni la mitad del cuidado que debieran ejercer. En vez de resistir al diablo para que huya de ellos, muchos se inclinan a transigir con las potestades de las tinieblas. 1JT 326.2