Joyas de los Testimonios 2

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El sello de Dios*

“Y clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los visitadores de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.” Ezequiel 9:1. 2JT 62.1

“Y llamó Jehová al varón vestido de lienzos, que tenía a su cintura la escribanía de escribano. Y díjole Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y pon una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo a mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno: mas a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi santuario. Comenzaron pues desde los varones ancianos que estaban delante del templo.” Vers. 3-6. 2JT 62.2

Jesús está por abandonar el propiciatorio del santuario celestial, para ponerse vestiduras de venganza, y derramar su ira en juicio contra aquellos que no han respondido a la luz que Dios les ha dado. “Porque no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos lleno para hacer mal.” Eclesiastés 8:11. En vez de enternecerse por la paciencia y tolerancia que el Señor ha manifestado hacia ellos, los que no temen a Dios ni aman la verdad fortalecen su corazón en la mala conducta. Pero aun la tolerancia de Dios tiene límites, y muchos están superándolos. Han sobrepasado los límites de la gracia, y por lo tanto Dios debe intervenir y vindicar su propio honor. 2JT 62.3

Acerca de los amorreos el Señor dijo: “Y en la cuarta generación volverán acá: porque aun no está cumplida la maldad del Amorrheo hasta aquí.” Génesis 15:16. Aunque dicha nación se destacaba por su idolatría y corrupción, no había llenado todavía la copa de su iniquidad, y Dios no quiso dar la orden de que se la destruyese completamente. Ese pueblo había de ver el poder divino manifestado en forma tan señalada que iba a quedar sin excusa. El compasivo Creador estaba dispuesto a soportar su iniquidad hasta la cuarta generación. Entonces, si no mejoraban, los juicios iban a caer sobre ellos. 2JT 62.4