Joyas de los Testimonios 2

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Con tacto, han de ganar almas

Necesitamos comprender la importancia del colportaje como gran medio de hallar a los que están en peligro, y de llevarlos a Cristo. Nunca debe prohibirse a los colportores que hablen del amor de Cristo, que relaten lo que han experimentado al servir a su Maestro. Deben quedar libres para hablar u orar por los que se han despertado. La sencilla historia del amor de Cristo hacia el hombre les abrirá las puertas, aun en las casas de los incrédulos. 2JT 543.2

Mientras el colportor visita a la gente en sus hogares, tendrá a menudo oportunidad de leerles pasajes de la Biblia o de los libros que enseñan la verdad. Cuando descubre personas que están buscando la verdad, puede celebrar estudios bíblicos con ellas. Estos estudios bíblicos son precisamente lo que la gente necesita. Dios empleará en su servicio a aquellos que manifiesten así profundo interés en las almas que perecen. Por su intermedio impartirá luz a aquellos que están dispuestos a recibir instrucción. 2JT 543.3

Algunos de los que trabajan en el colportaje tienen un celo que no está de acuerdo con el conocimiento. Debido a su falta de sabiduría, debido a que han estado tan inclinados a actuar como ministros y teólogos, ha sido casi necesario imponer restricciones a nuestros colportores. Cuando la voz del Señor pregunta: “¿A quién enviaré, y quién nos irá?” el Espíritu divino induce a los corazones a responder: “Heme aquí, envíame a mí.” Isaías 6:8. Pero recordemos que primero debe tocar nuestros labios el carbón vivo del altar. Entonces, las palabras que hablemos serán sabias y santas. Entonces tendremos prudencia para saber lo que debe decirse y lo que debe callarse. No procuraremos revelar nuestra capacidad como teólogos. Tendremos cuidado de no despertar un espíritu combativo ni excitar los prejuicios al introducir puntos de doctrina controvertidos. Hallaremos bastante que decir que no excite oposición, cosas que abrirán el corazón para que desee un conocimiento más profundo de la Palabra de Dios. 2JT 543.4

El Señor desea que ganéis almas; por lo tanto, aunque no debéis imponer a la gente el estudio de las doctrinas, debéis estar “siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” 1 Pedro 3:15. ¿Qué habéis de temer? Temed que vuestras palabras tengan un sabor de importancia propia, no sea que habléis en forma imprudente, que vuestras palabras y maneras no concuerden con la semejanza de Cristo. Relacionaos firmemente con Cristo, y presentad la verdad tal cual es en él. No pueden menos los corazones que ser conmovidos por la historia de la expiación. Si aprendéis a ser mansos y humildes como Cristo, sabréis qué decir a la gente; porque el Espíritu Santo os enseñará las palabras que habréis de hablar. Los que comprenden la necesidad que hay de mantener el corazón bajo el dominio del Espíritu Santo, se verán capacitados para sembrar una semilla que brotará para vida eterna. Tal es la obra del colportor evangélico. 2JT 544.1