Joyas de los Testimonios 2

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¿Consultaremos a los médicos espiritistas? *

“Y ochozías cayó por las celosías de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo envió mensajeros, y díjoles: Id, y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si tengo de sanar de esta mi enfermedad. Entonces el ángel de Jehová habló a Elías Thisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y les dirás: ¿No hay Dios en Israel, que vosotros vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto así ha dicho Jehová: Del lecho en que subiste no descenderás, antes morirás ciertamente.” 2 Reyes 1:2-4. 2JT 50.1

Este relato presenta sorprendentemente el desagrado divino en que incurren aquellos que se apartan de Dios para dirigirse a los agentes satánicos. Poco tiempo antes de los acontecimientos arriba relatados, el reino de Israel había cambiado de gobernante. Acab había caído bajo el juicio de Dios, y había sido sucedido por su hijo Ocozías, personaje indigno, que hizo tan sólo lo malo ante los ojos de Jehová, andando en los caminos de su padre y de su madre, e induciendo a Israel a pecar. Servía a Baal, y le adoraba, provocando la ira de Jehová Dios de Israel, como lo había hecho su padre Acab. Pero los juicios siguieron pronto a los pecados del rey rebelde. Una guerra con Moab, y luego el accidente que amenazó su vida, atestiguaron la ira de Dios contra Ocozías. 2JT 50.2

¡Cuánto había oído y visto el rey de Israel en el tiempo de su padre, acerca de las obras asombrosas del Altísimo! ¡Qué terrible evidencia de su severidad y celo había dado Dios al apóstata Israel! Ocozías sabía todo esto; sin embargo, obró como si estas tremendas realidades, y aun el terrible fin de su propio padre hubiesen sido un cuento. En vez de humillar su corazón ante el Señor, se atrevió a cometer el acto más audaz de impiedad que señalara su vida. Ordenó a sus siervos: “Id, y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si tengo de sanar de esta mi enfermedad.” 2JT 50.3

Se creía que el ídolo de Ecrón daba información, por medio de sus sacerdotes, acerca de los acontecimientos futuros. Esto era tan generalmente creído que muchos, desde distancias considerables, recurrían a dicho ídolo. Las predicciones allí hechas y la información dada, procedían directamente del príncipe de las tinieblas. Satanás es quien creó y quien sostiene el culto de los ídolos, para apartar de Dios la mente de los hombres. Es por su intervención cómo se sostiene el reino de las tinieblas y mentiras. 2JT 51.1

La historia del pecado y castigo de Ocozías encierra una lección y advertencia que nadie puede despreciar con impunidad. Aunque no tributen homenaje a los dioses paganos, millares están adorando ante el altar de Satanás tan ciertamente como lo hacía el rey de Israel. El mismo espíritu de idolatría pagana abunda hoy, aunque, bajo la influencia de la ciencia y la educación, ha asumido una forma más refinada y atrayente. Cada día añade tristes evidencias de que la fe en la segura palabra de la profecía está disminuyendo rápidamente, y de que en su lugar la superstición y hechicería satánicas están cautivando las mentes humanas. Todos los que no escudriñan fervientemente las Escrituras, ni someten todo deseo y propósito de la vida a esa prueba infalible, todos los que no buscan a Dios en oración para obtener el conocimiento de su voluntad, se extraviarán seguramente de la buena senda, y caerán bajo la seducción de Satanás. 2JT 51.2