Joyas de los Testimonios 2

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Preparativos para la crisis

Como nunca antes, la ley de Dios debiera ser amada y honrada por su pueblo fiel. Existe la más imperativa necesidad de inculcar en la mente y los corazones de todos los creyentes, hombres y mujeres, jóvenes y niños, la recomendación de Cristo: “Escudriñad las Escrituras.” Juan 5:39. Estudiad vuestra Biblia como nunca la habéis estudiado antes. A menos que subáis a un nivel más elevado y santo en vuestra vida religiosa, no estaréis listos para la aparición de nuestro Señor. Dios espera de su pueblo un celo, una fidelidad y una devoción correspondientes a la gran luz que le ha dado. Debe haber más espiritualidad, una consagración más profunda a Dios y un celo en su obra que nunca se ha alcanzado todavía. Debe dedicarse mucho tiempo a la oración, para que las vestiduras de nuestro carácter sean lavadas y emblanquecidas en la sangre del Cordero. 2JT 324.2

Debemos, en forma especial, y con fe inquebrantable, pedir a Dios que dé ahora a su pueblo gracia y poder. No creemos que haya llegado plenamente el tiempo en que han de restringirse nuestras libertades. El profeta vió “cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre la mar, ni sobre ningún árbol.” Otro ángel, que ascendía desde el oriente, clamó a ellos diciendo: “No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que señalemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.” Apocalipsis 7:1, 3. Esto señala la obra que tenemos que hacer ahora. Una gran responsabilidad incumbe a los hombres y mujeres que oran en todo el país, para que pidan a Dios que rechace la nube del mal, y nos conceda algunos años más de gracia en que trabajar para el Maestro. Clamemos a Dios para que sus ángeles retengan los cuatro vientos hasta que los misioneros sean enviados a todas partes del mundo y proclamen la amonestación contra los que desobedecen la ley de Jehová. 2JT 324.3