Joyas de los Testimonios 2

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Los misterios de la Biblia como prueba de su inspiración*

“¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?” “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” “Yo soy Dios, y no hay más Dios, y nada hay a mí semejante; que anunció lo por venir desde el principio, y desde antiguo lo que aun no era hecho.” Job 11:7; Isaías 55:8, 9; 46:9, 10. Es imposible para las mentes finitas de los hombres comprender plenamente el carácter o las obras del Infinito. Aun para el intelecto más aguzado, para la mente más poderosa y altamente educada, este Ser santo debe permanecer siempre vestido de misterio. 2JT 303.1

El apóstol Pablo exclama: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Pero aunque “nubes y tinieblas están alrededor de él;” “justicia y juicio son el asiento de su trono.” Romanos 11:33; Salmos 97:2; 89:14 (VM). Podemos comprender su trato con nosotros, y los motivos que le impulsan, hasta el punto de discernir el amor ilimitado y la misericordia unidos al poder infinito. Podemos comprender sus propósitos en la medida en que nos resulta benéfico conocerlos; y fuera de esto debemos seguir confiando en el poder del Omnipotente, el amor y la sabiduría del Padre y Soberano de todos. 2JT 303.2

Como el carácter de su Autor divino, la Palabra de Dios presenta misterios que no podrán nunca ser plenamente comprendidos por los seres finitos. Dirige nuestra mente al Creador, “que habita en luz inaccesible.” 1 Timoteo 6:16. Nos presenta sus propósitos, que abarcan todas las edades de la historia humana, y cuyo cumplimiento se alcanzará únicamente en los siglos sin fin de la eternidad. Llama nuestra atención a temas de infinita profundidad e importancia concernientes al gobierno de Dios y el destino del hombre. 2JT 303.3

La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección y muchos otros temas presentados en la Biblia, son misterios demasiado profundos para que los explique la mente humana, o siquiera los comprenda plenamente. Pero Dios nos ha dado en las Escrituras suficientes evidencias de su carácter divino, y no debemos dudar su Palabra porque no podamos comprender todos los misterios de su providencia. 2JT 304.1

Las porciones de las Santas Escrituras que presentan estos grandes temas no deben pasarse por alto, como si no tuviesen utilidad para el hombre. Todo lo que Dios ha visto propio dar a conocer, debemos aceptarlo por la autoridad de su Palabra. Tal vez se haga una simple declaración de los hechos, sin explicación en cuanto al porqué ni cómo, pero aunque no podamos comprenderlo, debemos admitir que es verdad, porque Dios lo ha dicho. La dificultad estriba en la debilidad y estrechez de la mente humana. 2JT 304.2