Joyas de los Testimonios 3

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Misioneros que se sostienen a sí mismos

Los misioneros que se sostienen a sí mismos tienen con frecuencia mucho éxito. Iniciada de una manera humilde y reducida, su obra se ensancha a medida que avanzan bajo la dirección del Espíritu de Dios. Emprendan dos o tres juntos la obra de evangelización. Quizás los que encabezan la obra no les prometen ayuda financiera; vayan, sin embargo, adelante, orando, cantando, enseñando y viviendo la verdad. Pueden empezar a colportar, y de esta manera introducirán la verdad en muchas familias. Mientras progresan en su obra, adquirirán una experiencia bendecida. Les infunde humildad el sentido de su impotencia, pero el Señor va delante de ellos y hallan favor y ayuda tanto entre los ricos como entre los pobres. Aun la pobreza de estos misioneros consagrados es un medio de hallar acceso a la gente. Mientras siguen adelante, son ayudados de muchas maneras por aquellos a quienes imparten alimento espiritual. Llevan el mensaje que Dios les dió y sus esfuerzos se verán coronados de éxito. Serán llevados a un conocimiento de la verdad muchos que, de no ser por estos humildes instructores, nunca habrían sido ganados para Cristo. 3JT 85.3