Joyas de los Testimonios 3

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El trabajo de los miembros laicos*

A los miembros individuales de la iglesia les incumbe una obra mucho mayor de lo que ellos conciben. No se dan cuenta de los requerimientos de Dios. Ha llegado el momento en que deben idearse todos los medios capaces de ayudar a preparar a un pueblo que pueda subsistir en el día de Dios. Debemos estar bien despiertos y negarnos a dejar pasar las oportunidades preciosas sin aprovecharlas. Debemos hacer todo lo que nos resulte posible para ganar almas a fin de que amen a Dios y guarden sus mandamientos. Jesús requiere esto de los que conocen la verdad. ¿Es esta exigencia irrazonable? ¿No es nuestro ejemplo la vida de Cristo? ¿No tenemos una deuda de amor para con el Salvador, una deuda que nos compele a trabajar fervorosa y abnegadamente por la salvación de aquellos en cuyo favor dió su vida? 3JT 248.1