Joyas de los Testimonios 3

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Id al campo de la mies

Cuando los adventistas del séptimo día se establecen en ciudades donde ya existe una iglesia grande no están en su debido lugar y su espiritualidad se debilita más y más. Sus hijos están expuestos a numerosas tentaciones. Hermanos míos, a menos que seáis imprescindibles para el adelanto de la obra en un tal lugar, sería mucho más prudente que fuerais a un lugar donde la verdad no ha penetrado aún, y os esforzarais en dedicar vuestra capacidad a la obra del Maestro. Realizad grandes esfuerzos para crear un interés en la verdad presente. El trabajo hecho de casa en casa es de eficacia cuando es hecho con un espíritu cristiano. Celebrad reuniones y haced que sean interesantes. Recordad que esto exige algo más que una predicación. 3JT 227.1

Muchos de los que han vivido por largo tiempo en un mismo lugar pasan su tiempo criticando a los que trabajan por convencer y convertir a los pecadores. Critican los motivos y las intenciones de los demás, como si fuese imposible que nadie trabaje desinteresadamente en la obra que ellos mismos rehusan cumplir. Constituyen piedras de tropiezo. Si fuesen a los lugares donde no hay creyentes, y si allí se dedicasen a ganar almas para Cristo, pronto estarían tan ocupados proclamando la verdad y socorriendo a los que sufren, que no les quedaría tiempo para disecar los caracteres, para sospechar el mal en otros y luego divulgar los resultados de su pretendida habilidad de discernir lo que hay debajo de las apariencias. 3JT 228.1

Vayan al campo de la mies para sembrar y segar para el Maestro los que hayan vivido mucho tiempo en lugares donde hay grandes iglesias. En su anhelo de salvar almas, se olvidarán de sí mismos. Verán que hay tanta obra que hacer, tantos semejantes a quienes ayudar, que no tendrán tiempo para rebuscar las faltas ajenas ni para obrar negativamente. 3JT 228.2