Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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El problema de seguir a Jesús

Jesús sólo requirió de él [el joven rico] que siguiese el camino que él señalaba. El espinoso camino del deber se hace más fácil de seguir cuando vemos delante de nosotros sus pasos divinos que hallan los abrojos. Cristo habría aceptado a este talentoso y noble dirigente si él se hubiera sometido a sus requerimientos, con la misma prontitud con que aceptó a los pobres pescadores a quienes pidió que le siguiesen. CMC 157.4

La habilidad del joven para adquirir bienes no se imputaba contra él, siempre que amara a su prójimo como a sí mismo y no perjudicara a otros en la adquisición de sus riquezas. Si esa misma habilidad hubiese sido empleada al servicio de Dios para salvar a las almas de la ruina, el Maestro divino la habría aceptado y su poseedor habría sido un diligente y exitoso obrero para Cristo. Pero éste rehusó el elevado privilegio de colaborar con Cristo en la salvación de las almas; se apartó del glorioso tesoro prometido en el reino de Dios y se aferró a la efímera riqueza terrenal... CMC 158.1

El joven rico representa a una numerosa clase de personas que serían cristianos excelentes si no tuvieran una cruz que llevar, si no tuvieran que soportar cargas humillantes, si no tuvieran que renunciar a ventajas terrenales, si no tuvieran que sacrificar bienes materiales o sentimientos. Cristo les ha confiado un capital en términos de aptitudes y recursos financieros, y por lo tanto espera los intereses correspondientes. Lo que poseemos no nos pertenece, sino que debemos emplearlo en el servicio de Aquel de quien hemos recibido todo lo que poseemos.—The Review and Herald, 21 de marzo de 1878. CMC 158.2