Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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El interés de Cristo en la humanidad

El dueño de todos nuestros tesoros terrenales vino al mundo en forma humana. El Verbo fue hecho carne y moró entre nosotros. No podemos apreciar cuán profundamente interesado está él en la humanidad. El conoce el valor de cada alma. ¡Con cuánta aflicción fue agobiado cuando vio su herencia adquirida hechizada por las invenciones satánicas! CMC 142.1

La única satisfacción que Satanás obtiene al jugar el partido de la vida por las almas de los hombres, es la satisfacción que deriva hiriendo el corazón de Cristo. Aunque él era rico, se hizo pobre por amor a nosotros, para que mediante esa pobreza llegásemos a ser ricos. Sin embargo en vista de este gran hecho, la mayoría de los habitantes del mundo permite que las posesiones terrenas eclipsen las atracciones celestiales. Colocan sus afectos en las cosas mundanales y se alejan de Dios. Cuán lastimoso pecado es que los hombres no despiertan a la realidad y comprendan cuán necio es permitir que los afectos desordenados por las cosas terrenales expulsen el amor de Dios del corazón. Cuando el amor a Dios es expulsado, el amor al mundo surge rápidamente y llena el vacío. Solamente el Señor puede limpiar el templo del alma de la contaminación moral. CMC 142.2

Jesús dio su vida por la vida del mundo, y estima al hombre en un valor infinito. Desea que el hombre se aprecie a sí mismo y considere su bienestar futuro. Si los ojos se mantienen puros todo el cuerpo estará lleno de luz. Si la visión espiritual es clara, se considerará a las realidades eternas en su verdadero valor y la contemplación del mundo eterno añadirá nuevos goces a este mundo. CMC 142.3

El cristiano estará lleno de gozo en la medida en que sea un mayordomo fiel de los bienes de su Señor. Cristo anhela salvar a cada hijo e hija de Adán. Levanta su voz en advertencia a fin de romper el hechizo que ha unido las almas en cautividad a la esclavitud del pecado. El ruega a los hombres que se alejen de su infatuación. Les hace contemplar el mundo más noble y les dice: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen”. Mateo 6:19. CMC 142.4