Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Sección 5—Mayordomos de la riqueza

Capítulo 28—La riqueza es un talento confiado

Los seguidores de Cristo no deben despreciar la riqueza, sino que deben considerarla como un talento que el Señor les ha confiado. Mediante el uso acertado de sus dones, pueden beneficiarse eternamente, pero debemos recordar que Dios no nos ha dado riqueza para que la empleemos a nuestro capricho, para complacer los impulsos, para prodigarla o retenerla como nos plazca. No debemos usar las riquezas en forma egoísta, dedicándolas simplemente a obtener nuestra felicidad. Esta conducta no sería justa con respecto a Dios ni a nuestros semejantes, y terminaría por producir tan sólo confusión y dificultad... CMC 139.1

El mundo favorece a los ricos y los considera de mayor valor que el honrado hombre pobre; pero los ricos están desarrollando su carácter de acuerdo con la forma como utilizan los dones que se les han confiado. Están poniendo en evidencia si será seguro o no confiarles las riquezas eternas. Tanto los pobres como los ricos están decidiendo su destino eterno y probando si son súbditos idóneos para la herencia de los santos en luz. Los que destinan sus riquezas a un uso egoísta en este mundo están revelando atributos de carácter que demuestran lo que harían si tuvieran mayores ventajas, y si poseyeran las riquezas imperecederas del reino de Dios. Los principios egoístas ejercidos en la tierra no son los principios que prevalecerán en el cielo. Todos los hombres están en un plano de igualdad en el cielo... CMC 139.2

¿Por qué se llama a las riquezas un inicuo Mammón? Es porque Satanás utiliza los tesoros mundanales para entrampar, seducir y engañar a las almas, con el fin de llevarlas a la ruina. Dios ha dado instrucciones acerca de la manera como se deben utilizar sus bienes para aliviar las necesidades de la humanidad sufriente, para promover su causa, para edificar su reino en el mundo, para enviar misioneros a las regiones lejanas y para proclamar el conocimiento de Cristo en todas partes del mundo. Si los medios que Dios ha confiado no se emplean en esa forma, ¿no juzgará Dios debido a esas cosas? Se deja que las almas perezcan en sus pecados mientras los miembros de iglesia que pretenden ser cristianos están utilizando los recursos sagrados de Dios en la gratificación de apetitos impíos y en la complacencia del yo. CMC 139.3