Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Capítulo 24—Nuestros talentos

La parábola de los talentos, debidamente comprendida, eliminará nuestra codicia, a la que Dios llama idolatría.—Testimonies for the Church 3:387. CMC 120.1

Dios ha confiado a los hombres talentos: un intelecto donde se originan las ideas, un corazón para que sea el asiento de su trono, los afectos para que fluyan como bendiciones para otros, una conciencia para que convenza de pecado. Cada uno ha recibido algo del Maestro, y cada uno debe hacer su parte para satisfacer las necesidades de la obra de Dios. CMC 120.2

Dios desea que sus obreros lo consideren como el Dador de todo lo que poseen, que recuerden que todo lo que tienen y todo lo que son procede de él, cuyos consejos son admirables y cuyas obras son excelentes. El delicado toque de la mano del médico, su poder sobre los nervios y los músculos, su conocimiento del delicado organismo del cuerpo, constituyen la sabiduría del poder divino que debe emplearse en beneficio de la humanidad doliente. La habilidad con que el carpintero usa el martillo y la fuerza con que el herrero hace resonar el yunque proceden de Dios. Él ha dado a los hombres habilidades, y desea que éstos acudan a él en busca de consejos. Así podrán emplear sus dones con una eficacia infalible, y podrán testificar que son obreros juntamente con Dios. CMC 120.3

La prosperidad es un talento. El Señor ha enviado este mensaje a su pueblo: “Vended lo que poseéis, y dad limosna”. Lucas 12:33. Todo lo que poseemos pertenece al Señor, sin ninguna duda. Él nos invita a despertarnos, a compartir las cargas de su causa para que su obra tenga prosperidad. Cada cristiano debe llevar a cabo su parte como un mayordomo fiel. Los métodos de Dios son razonables y justos, y debemos negociar con nuestros centavos y pesos para entregarle nuestras ofrendas voluntarias a fin de sostener su obra, para llevar almas a Cristo. Sumas cuantiosas y pequeñas deben afluir a la tesorería del Señor... CMC 120.4

El habla es un talento. De todos los dones impartidos a la humanidad ninguno debería apreciarse tanto como el don del habla. Debe utilizarse para proclamar la sabiduría y el maravilloso amor de Dios. Así es como han de comunicarse las riquezas de su gracia y sabiduría. CMC 121.1

El Salvador que mora en lo interior es manifestado por las palabras. Pero el Espíritu Santo no mora en el corazón del que se fastidia cuando otros no están de acuerdo con sus ideas y sus planes. De los labios de tal persona proceden severas observaciones que hacen que el Espíritu se retire afligido y desarrollan rasgos con características satánicas antes que divinas. El Señor desea que los que se relacionan con su obra anden en todo tiempo con la humildad de Cristo. No os impacientéis cuando sois provocados. Manifestad la delicadeza de la que Cristo nos ha dejado un ejemplo en su vida... CMC 121.2

La fuerza es un talento, y debe emplearse para glorificar a Dios. Nuestros cuerpos le pertenecen. El pagó el precio de la redención por el cuerpo tanto como por el alma... Podemos servir a Dios mejor con el vigor de la salud que con la decrepitud de la enfermedad; por lo tanto debemos colaborar con Dios en el cuidado de nuestros cuerpos. El amor a Dios es esencial para la vida y la salud. La fe en Dios es indispensable para la salud. A fin de poseer una salud perfecta, nuestros corazones deben estar llenos de amor, esperanza y gozo en el Señor... CMC 121.3

La influencia es un talento que constituye un poder para el bien cuando el fuego sagrado encendido por Dios es llevado a nuestro servicio. La influencia de una vida santa se siente en el hogar y fuera de él. La benevolencia práctica, la abnegación y el sacrificio, cuando caracterizan la vida de un hombre, poseen una influencia para el bien sobre las personas con quienes éste se relaciona... CMC 121.4