Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Capítulo 20—La respuesta de una conciencia estimulada

Como resultado de las reuniones especiales realizadas en la iglesia de _____, se ha producido un progreso decidido en espiritualidad, piedad, caridad y actividad. Se predicó acerca del pecado de robar a Dios en los diezmos y ofrendas... CMC 100.1

Muchos confesaron que no habían pagado los diezmos durante años; y sabemos que Dios no puede bendecir a los que le roban, y que la iglesia debe sufrir las consecuencias de los pecados de sus miembros individuales. En los libros de nuestra iglesia hay una gran cantidad de nombres, y si todas esas personas pagaran prontamente un diezmo honrado al Señor, lo que constituye su parte, la tesorería no carecería de recursos... CMC 100.2

Cuando se presentó el pecado de robar a Dios, la gente recibió un concepto más claro de su deber y privilegio en este asunto. Un hermano dijo que durante dos años no había pagado sus diezmos, y que estaba desesperado; pero después de confesar su pecado, comenzó a cobrar esperanza. “¿Qué debo hacer?”—preguntó. CMC 100.3

Le dije: “Entregue una promesa escrita al tesorero de la iglesia; eso tendrá valor formal”. CMC 100.4

Él pensó que eso constituía un pedido más bien extraño, pero se sentó y comenzó a escribir: “Por valores recibidos, prometo pagar...” Levantó la cabeza como para preguntar: ¿Es ésta la forma adecuada de formular una promesa al Señor? CMC 100.5

“Sí—continuó—, por valores recibidos. ¿Acaso no he estado recibiendo las bendiciones de Dios día tras día? ¿No me han protegido los ángeles? ¿No me ha bendecido el Señor con toda clase de bendiciones espirituales y temporales? Por valores recibidos, prometo pagar la suma de 571.50 dólares al tesorero de la iglesia”. Después de haber realizado todo lo posible de su parte, se sintió feliz. Al cabo de pocos días había cumplido su promesa pagando los diezmos a la tesorería. También realizó un donativo de 125 dólares en ocasión de la Navidad. CMC 100.6

Otro hermano hizo una promesa escrita por 1.000 dólares, esperando pagarla al cabo de pocas semanas. Y un tercero prometió pagar 300 dólares.—The Review and Herald, 19 de febrero de 1889. CMC 101.1