Consejos sobre Mayordomía Cristiana

76/353

Pérdida de la paz de la conciencia por incumplimiento

Cuando tratamos injustamente a nuestros semejantes o a Dios, despreciamos la autoridad divina e ignoramos el hecho de que Cristo nos ha comprado con su propia vida. El mundo está robando a Dios en gran medida. Cuanto más riquezas él les imparte, tanto más los hombres las reclaman como suyas para ser empleadas como a ellos les agrada. ¿Pero irán en pos de las costumbres del mundo los seguidores profesos de Cristo? ¿Perderemos la paz de la conciencia, la comunión con Dios y la comunidad con nuestros hermanos debido a que hemos fallado en dedicar a su causa la porción que él reclama como suya? CMC 83.1

Los que pretenden ser cristianos que recuerden que están trabajando con el capital que Dios les ha confiado, y que se requiere de ellos que sigan fielmente las instrucciones de las Escrituras concernientes a su uso. Si vivís en armonía con Dios no cometeréis ningún desfalco con los bienes de vuestro Señor ni los invertiréis en vuestras empresas egoístas... CMC 83.2

Hermanos y hermanas, si el Señor os ha bendecido con recursos financieros, no los consideréis como propios. Consideradlos como vuestros pero dados en depósito por Dios, y sed fieles y honrados en el pago de los diezmos y las ofrendas. Cuando hacéis una promesa tened la seguridad de que Dios espera que la paguéis tan pronto como sea posible. No prometáis una parte al Señor para luego apropiaros de ella a fin de emplearla en vuestro beneficio, no sea que vuestras oraciones lleguen a ser abominación para él. El descuido de estos deberes claramente revelados es lo que acarrea oscuridad sobre la iglesia.—The Review and Herald, 17 de diciembre de 1889. CMC 83.3