Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Capítulo 13—Fundado sobre principios eternos

El sistema del diezmo se remonta hasta más allá del tiempo de Moisés. Ya en los días de Adán, se requería de los hombres que ofreciesen a Dios donativos de índole religiosa, es decir, antes que el sistema fuese dado a Moisés en forma definida. Al cumplir lo requerido por Dios, debían manifestar, mediante sus ofrendas, aprecio por las misericordias y las bendiciones de Dios para con ellos. Esto continuó durante las generaciones sucesivas y fue practicado por Abrahán, quien dio diezmos a Melquisedec, sacerdote del Altísimo. CMC 74.1

El mismo principio existía en los días de Job. Mientras Jacob estaba en Betel, peregrino, desterrado y sin dinero, se acostó una noche solitario y abandonado, teniendo una piedra por almohada, y allí prometió al Señor: “De todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti”. Génesis 28:22. Dios no obliga a los hombres a dar. Todo lo que ellos dan debe ser voluntario. Él no quiere que afluyan a su tesorería ofrendas que no se presenten con buena voluntad.—Joyas de los Testimonios 1:372, 373. CMC 74.2