Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Sección 2—La obra de Dios y su sostén

Capítulo 7—Hay que sostener la obra de Dios

Los últimos años del tiempo de prueba están pasando a la eternidad. El gran día del Señor está sobre nosotros. Toda energía que poseemos deberíamos emplearla ahora para estimular a los que están muertos en sus transgresiones y pecados... CMC 39.1

Es tiempo de prestar atención a la Palabra de Dios. Todos sus requerimientos han sido dados para nuestro bien. El pide que los que están bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel den evidencia de que comprenden su dependencia de Dios y su responsabilidad frente a él al devolverle una parte de lo que él les ha confiado. Este dinero debe utilizarse para promover la obra que debe hacerse a fin de cumplir la comisión dada por Cristo a sus discípulos... CMC 39.2

El pueblo de Dios es llamado a una obra que requiere dinero y consagración. Las obligaciones que descansan sobre nosotros nos hacen responsables de trabajar para Dios hasta el máximo de nuestra habilidad. El pide un servicio indiviso, la completa devoción del corazón, el alma, la mente y las fuerzas. CMC 39.3

En el universo hay tan sólo dos lugares donde podemos colocar nuestros tesoros: en la tesorería de Dios o en la de Satanás; y todo lo que no se dedica al servicio de Dios se pone en el lado de Satanás, y va a fortalecer su causa. El Señor se propone que los medios confiados a nosotros se empleen en la edificación de su reino. Sus bienes nos han sido confiados en nuestra calidad de mayordomos suyos para que los manejemos cuidadosamente y le llevemos los intereses en términos de almas salvadas. Estas almas a su turno se convertirán en mayordomos confiables que colaborarán con Cristo para estimular los intereses de la causa de Dios. CMC 39.4