Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Capítulo 67—Bendiciones temporales para los generosos

Cuando la simpatía humana está mezclada con amor y generosidad, y santificada por el Espíritu de Jesús constituye un elemento que puede producir un gran bien. Los que cultivan la generosidad no sólo están haciendo una obra buena en favor de otros, y bendiciendo a los que reciben esas buenas acciones, sino también se están beneficiando a sí mismos al abrir sus corazones a la influencia benigna de la verdadera dadivosidad. CMC 359.1

Cada rayo de luz derramado sobre otros se reflejará en nuestros propios corazones. Cada palabra bondadosa y de simpatía hablada a los afligidos, cada acto que alivia a los oprimidos, cada donativo hecho para satisfacer las necesidades de nuestros semejantes, dados o hechos teniendo en consideración la gloria de Dios, resultarán en una bendición para el dador. Los que trabajan de este modo están obedeciendo la ley del cielo y recibirán la aprobación de Dios. El placer de hacer el bien a otros imparte calor a los sentimientos, el que se propaga a los nervios, activa la circulación de la sangre e induce salud mental y física.—Testimonies for the Church 4:56. CMC 359.2