Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Como un don y no como un derecho

Pedro dijo: “He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?”. Mateo 19:27. Esta pregunta formulada por Pedro muestra que él pensaba que cierta cantidad de trabajo de parte de los apóstoles merecería una cierta cantidad de recompensa. Entre los discípulos existía un espíritu de complacencia, de exaltación propia, que los llevaba a establecer comparaciones entre ellos. Si alguno de ellos fracasaba, los demás se sentían superiores. Jesús vio que ese espíritu debía ser controlado. Podía leer los corazones de los hombres y vio sus tendencias al egoísmo en esta pregunta: “¿Qué, pues, tendremos?” Él debía corregir ese mal antes que adquiriera proporciones gigantescas. CMC 355.1

Los discípulos estaban en peligro de perder de vista el verdadero principio del Evangelio. Mediante el empleo de esta parábola [de los labradores que fueron llamados] él les enseñó que la recompensa no es por las obras, para que nadie se gloríe, sino que se recibe enteramente por gracia. El labrador llamado a la viña al comienzo del día tuvo su recompensa en la gracia que se le dio. Pero el último que fue llamado tuvo la misma gracia que recibió el que fue llamado al comienzo. Todo el trabajo era de gracia, y nadie debía gloriarse sobre otro. Ninguno debía refunfuñar contra otro. Ninguno tenía privilegio sobre otro, y ninguno podía reclamar la recompensa como derecho propio. Pedro manifestó los sentimientos de un asalariado.—The Review and Herald, 10 de julio de 1894. CMC 355.2