Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Una causa de adversidad

Algunos de vosotros habéis estado tropezando en vuestras promesas. El Espíritu del Señor descendió en la reunión de _____ en respuesta a la oración, y mientras vuestros corazones fueron ablandados por su influencia hicisteis promesas. Mientras las corrientes de la salvación se derramaban en vuestros corazones sentisteis que debíais seguir el ejemplo de Aquel que anduvo haciendo bienes y que gozosamente dio su vida para rescatar a los hombres del pecado y la degradación. Bajo la influencia celestial inspiradora, comprendisteis que el egoísmo y la mundanalidad no eran compatibles con el carácter cristiano, y que no podíais vivir para vosotros mismos y al mismo tiempo ser semejantes a Cristo. Pero cuando la influencia de su amor y misericordia abundantes no se sintió en forma tan marcada en vuestros corazones, retirasteis vuestras ofrendas, y Dios retiró su bendición de vosotros. CMC 324.3

Algunos experimentaron adversidad. Sus cosechas fracasaron de modo que no pudieron cumplir sus promesas; y otros hasta fueron colocados en circunstancias apremiantes. Entonces, por supuesto, no se podía esperar que pagasen. Pero si no hubieran murmurado ni retirado su corazón de sus promesas, Dios habría obrado en favor de ellos y habría proporcionado medios por los cuales cada uno hubiera podido pagar lo que había prometido. No esperaron con fe, confiando en que Dios abriría el camino para que ellos pudiesen redimir sus promesas. CMC 325.1

Algunos tenían recursos; y si hubieran tenido la misma buena voluntad que cuando formularon sus promesas, y si hubieran devuelto voluntariamente a Dios en diezmos y ofrendas lo que él les había prestado para este propósito, habrían sido bendecidos con mucha abundancia. Pero Satanás acudió con sus tentaciones e indujo a algunos a poner en duda los motivos y el espíritu que indujeron al siervo de Dios a presentar el pedido de recursos. Algunos pensaron que habían sido engañados y defraudados. Repudiaron sus promesas en su espíritu, y lo que hicieron después de esto lo efectuaron de mala gana, y por lo tanto no recibieron ninguna bendición.—Testimonies for the Church 5:281, 282. CMC 325.2