Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Progreso a pesar de la pobreza

Al comienzo éramos sólo unos pocos los que debíamos llevar adelante la obra, y era muy necesario que tuviésemos unidad de pensamiento a fin de promover la obra con orden y uniformidad. Cuando comprendimos la importancia de estar en unidad de fe, nuestras oraciones fueron contestadas, y también fue contestada la oración de Cristo en la que pidió que fuésemos uno así como él era uno con el Padre. Estábamos tan privados de recursos así como lo estáis vosotros aquí en estos reinos,* y con frecuencia pasamos hambre y sufrimos de frío por falta de ropa abrigada. Pero comprendimos que la verdad debía avanzar y que debíamos tener recursos para promoverla. Luego buscamos al Señor fervorosamente para que él abriera el camino a fin de que pudiésemos alcanzar a la gente en las diferentes ciudades y pueblos. Mi esposo y yo tuvimos que trabajar con nuestras manos para obtener dinero a fin de trasladarnos de un lugar a otro con el propósito de abrir los tesoros de la fe a los demás. Pudimos ver que el Señor del cielo estaba preparando el camino delante de nosotros en la obra. CMC 317.1

Mi esposo trabajó acarreando piedras hasta que se estropeó la piel de sus dedos y manó sangre de las heridas, a fin de obtener recursos para trasladarnos de un lugar a otro con el propósito de hablar a la gente acerca de la verdad. Así fue como la obra se llevó a cabo en un comienzo, y ahora nuestras peticiones deben ascender hacia el Dios del cielo tal como lo hicieron entonces, para que él abra el camino, y la verdad llegue a los corazones. El oro y la plata son del Señor. El ganado que pasta en mil colinas le pertenece; pero él quiere que avancemos por fe tan lejos y con tanta rapidez como podamos. El Señor bendecirá a los que hagan lo mejor posible de acuerdo con sus habilidades... CMC 317.2

Cuando se abrieron las Escrituras en los valles del Piamonte, la verdad fue llevada por los que eran muy pobres en bienes de este mundo. Los que poseían la verdad bíblica no tenían libertad para enseñarla a la gente; no podían llevar la Biblia a los hogares; de manera que fueron como mercaderes vendiendo productos, y llevando porciones de la Biblia con ellos, y cuando veían que era conveniente leían de las Escrituras; y en esta forma recibían luz los que sentían hambre por la verdad. Con sus pies desnudos y sangrantes, esos hombres viajaron sobre las rocas duras de las montañas a fin de alcanzar a las almas y abrirles las palabras de vida. Quisiera que ese mismo espíritu que animó a esos misioneros estuviese en el corazón de cada uno que profesa la verdad en este tiempo. CMC 318.1

Todos podemos hacer algo si ocupamos la posición que Dios desea que ocupemos. Cada esfuerzo realizado por iluminar a otros nos pone más en armonía con el Dios del cielo. Si os sentáis a lamentaros diciendo: “A duras penas puedo sostener a mi familia”, nunca haréis nada; pero si decís: “Haré algo por la verdad; la veré progresar; haré lo que pueda”, entonces Dios abrirá el camino para que podáis hacer algo. Deberíais invertir en la causa de la verdad a fin de sentir que formáis parte de ella. CMC 318.2

Dios no requiere de la persona a quien ha dado un talento que le devuelva los intereses equivalentes a diez talentos. Recordad que fue el poseedor de un talento el que lo envolvió y lo ocultó en la tierra. Deberíais usar el talento, la influencia y los recursos que Dios os ha dado para que desempeñéis una parte en su obra.—The Review and Herald, 8 de julio de 1890. CMC 318.3