Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Capítulo 55—Palabras de un consejero divino

En una visión nocturna recibida hace poco, me encontraba en unas reuniones de junta. En esas reuniones se pronunciaban palabras que tenían más sabor humano que divino. Se consideraba la obra médica en _____. Se propusieron planes que, a menos que se los modifique atarían la obra y no conseguirían aliviar la situación. Se pidió a la Asociación General que prometiera reunir una suma no menor de veinte mil dólares, o responsabilizarse por esa cantidad, a fin de establecer un sanatorio en _____. Debido a que el pastor _____, rehusó consentir en colocar esta obligación adicional sobre la Asociación General, fue criticado severamente por algunos. Pero bajo las circunstancias existentes, él pensaba que el Señor le había prohibido colocar esta carga sobre la Asociación. Admiro el juicio que el pastor _____ ejerció acerca de este asunto... CMC 295.1

Pero volvamos a la reunión de junta: una vez más Uno que durante mucho tiempo ha sido nuestro Consejero, estaba presente a fin de darnos la palabra del Señor. Dijo: “El Señor no será glorificado si colocáis el yugo de la deuda sobre la Asociación General. El Señor, en una forma especial, ha tratado de arrancar de los cuellos de los miembros de su pueblo los aflictivos yugos de las deudas que han llevado durante tanto tiempo. La Asociación no debe volver a recorrer el mismo camino que ellos han recorrido”... CMC 295.2

Algunos todavía no han aprendido la lección que Cristo enseñó acerca de la edificación de una torre. El preguntó: “¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: este hombre comenzó a edificar y no pudo acabar”. Lucas 14:28-30. Esta advertencia ha sido desoída. CMC 295.3

Cuando los hombres que ocupan cargos de responsabilidad tienen tanta premura por establecer alguna nueva institución en forma prematura, el espectáculo presentado no redunda solamente contra los intereses de la causa del Señor, sino también contra los intereses de quienes, obrando guiados por la sabiduría humana han tratado de adelantar demasiado rápidamente. Dios no es glorificado por quienes intentan ir más a prisa que lo que él guía. El resultado de esto es confusión, perturbación y zozobra. El Señor no desea que sus representantes repitan estos errores, porque el registro pasado de estos hechos no lo glorifica.—Manuscrito 144, 1902. CMC 296.1