Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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La primera lección es la abnegación

He visto a familias pobres luchando con las deudas, y sin embargo no enseñaban a los hijos a negarse a sí mismos a fin de ayudar a sus padres. En una familia que visité, las hijas manifestaron el deseo de tener un piano costoso. Los padres las habrían complacido gustosamente si no hubieran estado atados por las deudas. Las hijas lo sabían, y si les hubieran enseñado a practicar la abnegación no habrían causado a sus padres el dolor de negar sus deseos; pero aunque les dijeron que sería imposible complacerlas, el asuntó no terminó ahí. Expresaron sus deseos una vez tras otra aumentando así continuamente la gran preocupación de los padres. CMC 265.2

En otra de mis visitas vi en esa casa el piano codiciado, y supe que algunos cientos de dólares habían sido añadidos a la carga de la deuda. Me resulta difícil saber a quién culpar más, a los padres indulgentes o a las hijas egoístas. Todos ellos son culpables delante de Dios. Este caso sirve de ilustración para muchos otros. Estas jóvenes, aunque profesaban ser cristianas, nunca habían tomado la cruz de Cristo, porque la primera lección que debe aprenderse de Cristo es la lección de la abnegación. Nuestro Salvador dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame”. Mateo 16:24. No hay otra forma como podemos llegar a ser discípulos de Cristo a no ser cumpliendo esta condición.—The Signs of the Times, 31 de marzo de 1887. CMC 265.3