Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Nuestras posesiones son tan sólo un depósito

Por cuantiosas o reducidas que sean las posesiones de una persona, ésta debe recordar que las ha recibido tan sólo en calidad de depósito. Debe rendir cuenta a Dios de su fuerza, habilidad, tiempo, talento, oportunidades y recursos. Esto constituye una obra individual; Dios nos da para que seamos como él generosos, nobles y benevolentes al compartir lo que tenemos con otros. Los que olvidan su misión divina procuran tan sólo ahorrar o gastar para complacer el orgullo o el egoísmo, y éstos puede ser que disfruten de los placeres de este mundo; pero ante la vista de Dios, estimados en base a sus realizaciones espirituales, son desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos. CMC 24.3

Cuando se emplea la riqueza en forma debida, ésta se convierte en un dorado vínculo de gratitud y afecto entre el hombre y sus semejantes, y en un fuerte lazo que une sus afectos con su Redentor. El don infinito que Dios hizo en la persona de su Hijo amado exige expresiones tangibles de gratitud de parte de los recipientes de su gracia. El que recibe la luz del amor de Cristo queda por ese motivo bajo la más definida obligación de iluminar con esa luz bendita a las almas que están en las tinieblas.—The Review and Herald, 16 de mayo de 1882. CMC 25.1