Consejos sobre Mayordomía Cristiana

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Capítulo 35—De gran valor ante la vista de Dios

Entre los profesos hijos de Dios hay hombres y mujeres que aman el mundo y las cosas mundanas, y esas almas están siendo corrompidas por las influencias mundanales. Lo divino está siendo echado fuera de su naturaleza. Como instrumento de injusticia, están trabajando en favor de los propósitos del enemigo. CMC 183.1

En contraste con esta clase, están los pobres honrados e industriosos, que están listos para ayudar a los necesitados y dispuestos a soportar la injusticia antes que manifestar el espíritu mezquino y acumulador de los ricos. Estos hombres estiman la limpia conciencia y los principios rectos por encima del valor del oro. Están listos para hacer todo el bien que pueden. Si una empresa de beneficencia pide su dinero o su trabajo, son los primeros en responder y con frecuencia van mucho más allá de su capacidad real, negándose a sí mismos algunas cosas necesarias a fin de cumplir con su propósito benevolente. CMC 183.2

Estos hombres no pueden jactarse de poseer grandes tesoros terrenales; pueden ser considerados como poseedores de un juicio y una sabiduría deficientes; su influencia puede no ser estimada como de valor especial; pero ante la vista de Dios son considerados valiosos. Puede considerarse que poseen escasa percepción, pero manifiestan una sabiduría que está tan por encima de la mente calculadora y adquisitiva como lo divino está por encima de lo humano; ¿acaso no se están haciendo un tesoro en los cielos, incorruptible, incontaminado y que nunca se marchitará?—The Review and Herald, 19 de diciembre de 1899. CMC 183.3