Consejos Sobre la Salud

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El evangelio en la práctica

Cuando se nos llamó la atención por primera vez a la reforma pro salud, hace unos treinta y cinco años, la luz que se me presentó estaba contenida en este pasaje bíblico: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”. Isaías 61:1-4. CSI 531.1

A la luz que se me dio hace tanto, se me mostró que nuestro propio pueblo, los que pretendían creer en la verdad presente, debían hacer esta obra. ¿Cómo debían llevarla a cabo? De acuerdo con las instrucciones que Cristo dio a sus doce discípulos cuando los reunió y los envió a predicar el Evangelio. CSI 531.2

“Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia”. “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones diciendo: Por caminos de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”. Mateo 10:1, 5-8.* CSI 531.3