Consejos Sobre la Salud

451/555

Palabras de advertencia a un director médico

Melbourne, Australia,

3 de febrero de 1898.

Apreciado hermano,

Se me ha mostrado que usted corre peligro de perder de vista la obra para este tiempo. Usted está construyendo barreras para separar de la iglesia su obra y a los que está educando. Esto no debe ser así. Los que están recibiendo instrucción como médicos misioneros debieran ser inducidos a comprender que su educación tiene el propósito de capacitarlos para realizar una obra mejor en conexión con los ministros de Dios. Usted debe recordar, hermano mío, que el Señor tiene un pueblo en la tierra al que respeta. Pero sus palabras y la manera en que son pronunciadas con frecuencia, crean incredulidad en la posición que ocupamos como pueblo. Usted corre peligro de no mantenerse aferrado a la fe que una vez fue dada a los santos, de naufragar en su fe. Se pronunciaron estas palabras: “Una vía de agua muy pequeña puede hundir un barco. Un eslabón defectuoso inutilizará una cadena”. CSI 520.1

Recuerde, hermano mío, que la obra misionera médica no consiste en sacar hombres del ministerio, sino en colocar hombres en el campo, mejor calificados para servir debido a sus conocimientos de la obra misionera médica. Hombres jóvenes debieran recibir educación médica y luego debieran salir para relacionarse con los ministros. No debieran ser influenciados para que se dediquen exclusivamente a la obra de rescatar a los que han caído y se encuentran degradados. Esa obra se encuentra en todas partes y debe combinarse con la obra de preparar a la gente para que convierta la verdad bíblica en su defensa contra los engaños de los mundanos y de la iglesia caída. El tercer ángel debe proseguir con gran poder. Que nadie ignore esta obra ni la trate como si fuera de poca importancia. Hay que proclamar la verdad al mundo, para que hombres y mujeres vean la luz.* CSI 520.2