Consejos Sobre la Salud

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El ejemplo de Cristo

La comisión divina no necesita ningún cambio. No se puede mejorar el método de Cristo para presentar la verdad. El Salvador les dio lecciones prácticas a los discípulos, al enseñarles cómo trabajar de tal manera que las almas se regocijaran en la verdad. Manifestó simpatía por los desanimados, los que soportaban cargas pesadas y los oprimidos. Alimentó al hambriento y sanó al enfermo. Anduvo constantemente haciendo el bien por todas partes. Interpretó el Evangelio para los seres humanos mediante el bien que realizó, por sus palabras llenas de amor y mediante sus actos de bondad. CSI 498.2

Aunque el período que duró su ministerio público fue breve, cumplió el cometido por el cual vino al mundo. ¡Cuán impresionantes eran las verdades que enseñaba! ¡Cuán abarcante la obra de su vida! ¡Qué clase de alimento espiritual impartía diariamente al ofrecer el pan de vida a los miles de almas hambrientas! Su vida fue un ministerio viviente de la Palabra. Nunca prometió nada que dejara sin cumplir. CSI 498.3

Presentaba las palabras de vida con tanta sencillez, que un niño podía comprenderlas. Impresionaba de tal manera a hombres, mujeres y niños con la forma de explicar las Escrituras, que la gente captaba hasta la entonación de su voz, colocaba el mismo énfasis en sus palabras e imitaba sus gestos. Los jóvenes se contagiaban con el espíritu de su ministerio y trataban de imitar su conducta llena de gracia mientras se esforzaban por ayudar a las personas que necesitaban ser socorridas. CSI 499.1

Del mismo modo como adivinamos el curso de una corriente de agua por la línea de verde vivo que produce, también se podía ver a Cristo por las obras de misericordia que a cada paso marcaban su camino. Había salud por dondequiera que iba y la felicidad lo seguía por dondequiera que pasaba. Los ciegos y los sordos se regocijaban en su presencia. Las palabras que les hablaba a los ignorantes abrían para ellos una fuente de vida. Dispensaba sus bendiciones en abundancia y continuamente. Representaban los tesoros almacenados desde la eternidad, dados en Cristo, el rico regalo del Señor para la humanidad. CSI 499.2

Pero no se ha terminado el trabajo de Cristo en favor de los seres humanos. Todavía continúa actualmente. Sus embajadores deben predicar el Evangelio y revelar su amor por las almas perdidas que perecen. Al manifestar un interés altruista por los menesterosos ofrecerán una demostración práctica de la verdad del Evangelio. Esta obra requiere muchísimo más que la mera predicación de sermones. La obra que Dios ha dado a los que avanzan en su nombre es la evangelización del mundo. Se deben hacer colaboradores con Cristo, y revelar su amor tierno y compadecido a los que están por perecer. Dios llama a miles de personas para trabajar por él, no en la predicación de la verdad para este tiempo a los que ya la conocen, sino en la amonestación de los que nunca han escuchado el último mensaje de misericordia. Trabajen con el corazón lleno de un deseo ferviente por alcanzar a las almas. Hagan obra médica misionera. De ese modo hallarán entrada en los corazones de la gente, y prepararán el camino para una proclamación más decidida de la verdad. CSI 499.3

¿Quiénes colaborarán con Cristo en este bendito trabajo médico misionero? ¿Quiénes han aprendido las lecciones del Maestro y saben cómo tratar diestramente con las almas por las cuales Cristo murió? ¡Oh, cuánto necesitamos médicos del alma, que hayan sido educados en la escuela de Cristo y que puedan trabajar siguiendo los lineamientos del Señor! Nuestra tarea consiste en aprender de Aquel que es el camino, la verdad, y la vida. Hemos de interesar a la gente en los temas que conciernen tanto a la salud del cuerpo como a la del alma. Los creyentes tienen que dar un mensaje decidido con el fin de preparar el camino para el reino de Dios. CSI 500.1

Los grandes temas de la verdad bíblica deben penetrar el mismo corazón de la sociedad, para convertir y reformar a los hombres y las mujeres, haciéndolos conscientes de su gran necesidad de prepararse para las mansiones que Cristo prometió preparar para todos los que le aman. Cuando el Espíritu Santo realice su obra, los corazones de piedra serán transformados en corazones de carne, y Satanás no podrá emplearlos para contrahacer la obra que Cristo vino a realizar a la tierra. CSI 500.2