Consejos Sobre la Salud

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Se necesita oportunidad para el cultivo del cristianismo

Ningún alma puede prosperar sin tiempo para orar e investigar las Escrituras; y todos debieran, hasta donde sea posible, tener el privilegio de asistir al culto público. Todos necesitan mantener el aceite de la gracia en los receptáculos que llevan con sus lámparas. Los obreros que deben relacionarse con la gente mundana, sobre todos los demás, debieran mantener a Jesús en alto frente a ellos, para que puedan contemplar al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Los elementos impíos a los que están expuestos hacen indispensable que se haga trabajo personal en favor de ellos. ¿Quién podría relacionarse estrechamente con los enfermos, escucharlos hablar y respirar en la atmósfera que rodea sus almas, sin correr algún riesgo? Hay que ejercer siempre influencias contrarrestadoras, a fin de que el elemento mundano, a través de las trampas de Satanás, no aleje los corazones de Dios. No hay que permitir que la gente mundana sea honrada por encima de los que aman a Dios y procuran hacer su voluntad. CSI 419.1

Los obreros que por cualquier causa se ven obligados a trabajar en sábado, siempre corren peligro; experimentan la pérdida y al realizar trabajos que son insdispensables, adquieren el hábito de hacer en el día sábado cosas que no son necesarias. Se pierde el sentido de su carácter sagrado y el santo mandamiento pierde vigencia. Hay que realizar un esfuerzo especial para producir una reforma con respecto a la observancia del sábado. Los obreros del sanatorio no siempre hacen por su cuenta lo que es su privilegio y deber. Con frecuencia se sienten tan cansados que se desmoralizan. Esto no debiera suceder. El alma puede abundar en gracia únicamente si permanece en la presencia de Dios. Dios es el gran propietario del sanatorio, de las oficinas de la Review and Herald, de la Pacific Press, de nuestros colegios. En todas estas instituciones, los administradores deben recibir sus direcciones desde arriba. Y cuando las tentaciones que provienen de la asociación con gente mundana sean más fuertes, entonces hay que ejercer el mayor cuidado para colocar a los obreros en estrecha relación con Cristo y la influencia que procede de él. Esto debiera ser nuestro guía en todas las cosas; y si nos sobreviene pobreza porque deseamos actuar de acuerdo con la orden “así dice Jehová”, debemos perseverar en hacerlo aunque perdamos todo lo demás. Es mejor tener pobreza en las cosas temporales y permanecer en Cristo y ser alimentado por su palabra que es espíritu y vida. “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Mateo 4:4. El mundo puede sonreír cuando le repetimos esto, pero es la palabra del Hijo de Dios. El dice: “El que come mi carne—la palabra que Cristo nos habla—... tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Juan 6:54.* CSI 419.2

No siempre podemos permanecer de rodillas en oración, pero el camino hacia el trono de misericordia está siempre abierto. Mientras nos dedicamos al trabajo activo, podemos pedirle ayuda; y Aquel que no nos egañará nos ha prometido: “Y recibiréis”. El cristiano puede y debe encontrar tiempo para orar. Daniel era un estadista; pesadas responsabilidades descansaban sobre él, y sin embargo buscaba a Dios tres veces por día, y el Señor le dio el Espíritu Santo. De modo que en la actualidad los hombres pueden acudir al pabellón sagrado del Altísimo y tener la seguridad de su promesa: “Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo”. Isaías 32:18. Todos los que realmente lo desean, pueden encontrar un lugar para mantener comunión con Dios, donde ningún oído puede escuchar sino únicamente el que está abierto al clamor del desvalido, afligido y necesitado, y nota aun la caída del pequeño gorrión. El dice: “Más valéis vosotros que muchos pajarillos”. Mateo 10:31. CSI 420.1

Si permitimos que el exceso de trabajo nos aleje de nuestro propósito de buscar diariamente al Señor, cometeremos los mayores errores; incurriremos en pérdidas, porque el Señor no está con nosotros; así hemos cerrado la puerta para que él no tenga acceso a nuestras almas. Pero si oramos aun cuando tenemos las manos ocupadas, los oídos del Salvador están abiertos para escuchar nuestras peticiones. Si estamos decididos a no separarnos de la fuente de nuestra fortaleza, Jesús se pondrá decididamente a nuestra mano derecha para ayudarnos, a fin de que nuestros enemigos no nos avergüencen. La gracia de Cristo puede cumplir por nosotros todo lo que nuestros esfuerzos fallarán en hacer. Los que aman y temen a Dios pueden estar rodeados por una multitud de cuidados, y sin embargo no fallar ni hacer sendas torcidas para sus pies. Dios se ocupa de vosotros en el lugar donde desempeñáis vuestro deber. Pero aseguraos de ir con frecuencia al lugar donde se acostumbra a orar. El Salvador dice: “Pero tienes una pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas”. Apocalipsis 3:4. Estas almas vencieron por medio de la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio. En medio de la contaminación moral que prevalecía en todas partes, se mantuvieron firmes en su integridad, ¿y por qué? Porque participaban de la naturaleza divina, y así escaparon de la corrupción que se encuentra en el mundo a causa de la concupiscencia. Se hicieron ricos en fe, herederos de un patrimonio de más valor que el oro de Ofir. Solamente una vida que depende constantemente del Salvador es una vida de santidad. CSI 421.1