Consejos Sobre la Salud

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No os avergoncéis del trabajo

Ninguno de nosotros debe avergonzarse de su trabajo, por humilde y servil que parezca, pues es ennoblecedor. Todos los que trabajan, ya sea con la mente o con las manos, cumplen con su deber y honran su religión, tanto mientras lavan la ropa o los platos como cuando van a la reunión. Mientras las manos se dedican al trabajo más común, la mente puede ser elevada y ennoblecida por pensamientos puros y santos. Cuando cualquiera de los obreros manifiesta falta de respeto por las cosas religiosas, debe ser separado de la obra. Nadie piense que la institución depende de él. CSI 415.1

Los que han estado empleados largo tiempo en nuestras instituciones, debieran ser ahora obreros responsables, dignos de confianza en todo lugar, tan fieles al deber como la brújula al polo. Si ellos hubiesen aprovechado debidamente sus oportunidades, podían tener ahora un carácter simétrico y una profunda y viva experiencia en las cosas religiosas. Pero algunos de estos obreros se han separado de Dios. Han puesto a un lado la religión. Esta no constituye más un principio labrado en ellos, cuidadosamente apreciada doquiera estén, no importa con quienes se encuentren, y no les resulta un ancla para el alma. Quisiera que todos los obreros consideraran cuidadosamente que el éxito, tanto en esta vida como para alcanzar la vida futura, depende mayormente de la fidelidad en las cosas pequeñas. Los que anhelan tener responsabilidades superiores deben manifestar fidelidad en el cumplimiento de sus deberes donde Dios los ha colocado. CSI 415.2

La perfección de la obra de Dios se ve tan claramente en el más diminuto insecto como en el rey de las aves. El alma del niñito que cree en Cristo le es tan preciosa como los ángeles que rodean su trono. “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48. Como Dios es perfecto en su esfera, puede serlo el hombre en la suya. Todo lo que la mano hallare para hacer debe ser hecho con esmero y prontitud. La fidelidad e integridad en las cosas pequeñas, el cumplimiento de los pequeños deberes y de los actos de bondad, alegrará la senda de la vida, y cuando nuestra obra en la tierra esté terminada, cada uno de los pequeños deberes cumplidos con fidelidad será atesorado como preciosa gema delante de Dios. CSI 416.1