Consejos Sobre la Salud

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La integridad entre los obreros

Los auxiliares del sanatorio no debieran sentirse libres de apoderarse para su propio uso de artículos de alimentación provistos para los pacientes. La tentación es especialmente fuerte para los auxiliares que han llegado más recientemente al trabajo, quienes deben ser inducidos gradualmente a corregir los hábitos perjudiciales. Algunos de los obreros, como los hijos de Israel, permiten que apetitos pervertidos y antiguos hábitos de complacencia insistan en obtener la victoria. Anhelan, lo mismo que el Israel de la antigüedad, tener los puerros y las cebollas de Egipto. Todos los que se relacionan con esta institución debieran adherirse estrictamente a las leyes de la vida y la salud, y así no estimular, por su ejemplo, los malos hábitos de otros, que han hecho que sea necesario que vengan al sanatorio para encontrar alivio. CSI 405.1

Los empleados no tienen derecho de consumir galletitas, nueces, pasas, dátiles, azúcar, naranjas o fruta de ninguna otra clase que pertenezcan al sanatorio; porque, en primer lugar, al comer esos artículos entre las comidas, como generalmente se hace, están perjudicando sus órganos digestivos. No hay que consumir ningún alimento entre las comidas regulares. Repetimos, los que se apoderan de esas cosas están usando lo que no les pertenece. Se sienten continuamente tentados a probar el alimento que manejan; y eso representa una excelente oportunidad para ellos de aprender a controlar el apetito. Pero como el alimento es muy abundante, olvidan que representa un valor monetario. Algunos complacen descuidadamente el hábito de probar los alimentos o de consumirlos, hasta que imaginan que esta práctica no constituye un pecado.* CSI 405.2

Todos debieran cuidar de no considerar las cosas en esta forma, porque entonces la conciencia perderá su sensibilidad. Uno podría razonar: “Lo poco que he tomado no vale mucho”. Pero también habría que pensar: ¿Es menos pecaminoso ese acto por haber tomado una cantidad pequeña? Repetimos, lo poco que una persona pueda haber tomado puede ser que no cueste mucho, pero cuando cinco personas actúan de la misma forma, se apoderan de cinco pequeñas cantidades. Luego diez, veinte o aun más personas pueden suponer lo mismo, hasta que diariamente los obreros pueden, para su perjuicio, apropiarse de muchas pequeñas cantidades que no tienen derecho de tocar. Muchas pequeñas cantidades constituyen finalmente una gran cantidad. Pero la mayor pérdida las experimentan los que se apartan del proceder correcto, porque violan los principios del bien y aprenden a considerar la transgresión en las cosas pequeñas como si no fuera realmente una transgresión. Olvidan las palabras de Cristo: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10. CSI 406.1

Cuando se realiza un esfuerzo para corregir esas prácticas generalmente es recibido como evidencia de tacañería de parte de los administradores; y algunos no hacen ningún cambio, sino que continúan endureciendo la conciencia, hasta que ésta se cauteriza. Se oponen a toda restricción y obran y hablan en forma desafiante, como si se hubieran violado sus derechos. Pero Dios considera todas estas cosas como un robo, y así quedan registradas en el cielo. CSI 406.2

La Palabra de Dios prohíbe todo fraude y engaño. El robo directo y la falsedad no son pecados en los que las personas respetables corren el peligro de caer. Es la transgresión en las cosas pequeñas lo que primero conduce al alma lejos de Dios. Adán y Eva, por su pecado de participar del fruto prohibido, abrieron las compuertas del mal sobre el mundo. Algunos pueden considerar que la transgresión es una cosa muy pequeña; pero vemos que sus resultados son cualquier cosa menos pequeños. Los ángeles del cielo tienen una esfera de acción más amplia y más elevada que nosotros, pero lo que es el bien en su caso y en el nuestro es una misma cosa. CSI 406.3

Los administradores del sanatorio no obran impulsados por un espíritu mezquino ni tacaño al reprochar los males que he mencionado, y al requerir lo que es debido hacia esa institución. Proteger los intereses del sanatorio en ese sentido no es apartarse de un comportamiento digno. Los dirigentes que son fieles, esperan naturalmente la fidelidad en otros. Estricta integridad debiera gobernar las transacciones de los gerentes y debiera ser exigida de todos los que trabajan bajo su dirección. CSI 407.1

Los hombres de principio no necesitan la restricción de candados y llaves; no necesitan ser vigilados y cuidados. Actuarán en forma recta y honorable en todo tiempo, ya sea que estén solos sin que nadie los vigile, como también en público. No mancharán sus almas por ninguna cantidad de ganancia o de ventaja egoísta. Desprecian las acciones abyectas. Aunque nadie más lo sepa, lo sabrán ellos mismos, y eso destruiría el respeto de sí mismos. Los que no son concienzudos y fieles en las cosas pequeñas no se conformarán, aunque haya normas, restricciones y castigos... CSI 407.2

Los que no vencen en las cosas pequeñas carecerán de poder moral para soportar las tentaciones más grandes. Los que procuran convertir la honestidad en el principio gobernante en sus transacciones diarias de la vida tendrán que ponerse en guardia para no “codiciar la plata, el oro ni la ropa de nadie”. Mientras se conforman con alimento y ropa adecuados, les resultará más fácil mantener el corazón y las manos limpios de la contaminación de la codicia y la falta de honradez... CSI 407.3

Los empleados de nuestros sanatorios tienen en muchos sentidos las mejores ventajas para la formación de los hábitos correctos. Ninguno será colocado fuera del alcance de la tentación, porque en todo carácter existen puntos débiles que corren el peligro de ser atacados... Todos debieran sentir la necesidad de mantener la naturaleza moral constantemente protegida por la vigilancia. Lo mismo que fieles centinelas, debieran proteger la ciudadela del alma, sin sentir nunca que deben relajar su vigilancia por un momento. La oración ferviente y la fe viva constituyen su única salvaguardia. CSI 408.1

Los que comienzan a descuidar sus pasos encontrarán que antes de darse cuenta, sus pies se habrán enredado en una maraña de la que no podrán librarse por sí mismos. Ser veraces y honrados debiera ser un principio estable en todos. Ya sean ricos o pobres, ya sea que tienen amigos o que vivan solos, independientemente de lo que suceda, debieran resolver con el poder de Dios que ninguna influencia los inducirá a cometer un acto equivocado. Todos debieran comprender que de ellos, individualmente, depende la medida de prosperidad del sanatorio. CSI 408.2