Consejos Sobre la Salud

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Los enfermeros como evangelistas

Nuestro ejemplo es Jesucristo, el gran Médico misionero. De él se dice: “Y rodeó Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. Mateo 4:23. El sanaba a los enfermos y predicaba el Evangelio. En su obra, la curación y la enseñanza se unían estrechamente. Estas dos cosas no deben ser separadas hoy. CSI 392.4

Los enfermeros formados en nuestras instituciones deben ser preparados para trabajar como misioneros médicos evangelistas, uniendo el ministerio de la palabra al de la curación física. CSI 393.1

Nuestra luz debe brillar en medio de las tinieblas morales. Muchos de los que están hoy en las tinieblas verán que hay una esperanza de salvación para ellos, cuando perciban un destello de la Luz del mundo. Tal vez vuestra luz sea pequeña; pero recordad que es Dios quien os la ha dado, y que él os tiene por responsables de hacerla brillar. Es posible que alguien encienda su antorcha en la vuestra, y que su luz sea el medio de sacar a otras personas de las tinieblas. CSI 393.2

En todo nuestro derredor se abren puertas para servir. Debemos llegar a conocer a nuestros vecinos y esforzarnos por atraerlos a Cristo. Cuando obremos así, tendremos la aprobación y colaboración de él. CSI 393.3

A menudo, los moradores de una ciudad en la cual Cristo había trabajado, expresaban el deseo de verle establecerse en su medio y continuar su obra. Pero él les decía que su deber era ir a otras ciudades que no habían oído las verdades que debía presentar. Después de haber dado la verdad a los habitantes de una localidad, dejaba al cuidado de ellos el continuar lo que él había empezado, y se iba a otro lugar. Sus métodos de trabajo deben ser seguidos hoy por aquellos a quienes él confió su obra. Debemos ir de un lugar a otro, proclamando el mensaje. Tan pronto como la verdad ha sido anunciada en un lugar, debemos ir a amonestar otras localidades. CSI 393.4