Consejos Sobre la Salud

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Fuentes de vida

Maravillosa es la obra que Dios se propone realizar por medio de sus siervos, para que su nombre sea glorificado. Dios convirtió a José en la fuente de vida para la nación egipcia. Por medio de José se preservó la vida de toda esa nación. Por medio de Daniel, Dios salvó la vida de los sabios de Babilonia. Y esas liberaciones fueron como lecciones objetivas; ilustran para el pueblo las bendiciones espirituales que les son ofrecidas por medio de la conexión con el Dios a quien José y Daniel adoraban. De modo que Dios desea, mediante su pueblo de la actualidad, acarrear bendiciones al mundo. Cada obrero en quien Cristo mora, cada uno que exprese su amor al mundo, es un obrero juntamente con Dios para bendición de la humanidad. Al recibir del Salvador gracia para impartir a otros, de todo su ser fluye una ola de vida espiritual. Cristo vino como el Gran Médico para sanar las heridas que el pecado había hecho en la familia humana, y su Espíritu, trabajando por medio de sus siervos, imparte al ser humano enfermo por el pecado y doliente, un gran poder sanador que es eficaz para el cuerpo y el alma. “En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia”. Zacarías 13:1. Las aguas de esta fuente contienen propiedades medicinales que sanarán las enfermedades físicas y espirituales. CSI 206.1

De esta fuente fluye el poderoso río de la visión de Ezequiel. “Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá ... Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina”. Ezequiel 47:8-12. CSI 206.2

Dios desea que nuestros sanatorios se conviertan en un río de vida y de sanidad mediante su poder que obra por medio de nosotros. CSI 207.1