Consejos para los Maestros

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Capítulo 17—La enseñanza de lecciones de utilidad

La vida no nos ha sido dada para que la pasemos en la ociosidad y la complacencia propia. Grandes posibilidades han sido colocadas delante de cada uno que quiera desarrollar las capacidades que Dios le ha dado. Por esta razón la educación de los jóvenes es asunto de la más alta importancia. Cada niño nacido en el hogar es un cometido sagrado. Dios dice a los padres: “Tomad este niño, y criádmelo, para que pueda honrar mi nombre y ser un medio por el cual mis bendiciones fluyan al mundo”. A fin de preparar al niño para una vida tal, se necesita algo más que una educación parcial, unilateral, que desarrolle las facultades mentales a expensas de las físicas. Todas las facultades de la mente y del cuerpo necesitan desarrollarse; y ésta es la obra que los padres, ayudados por el maestro, han de hacer en favor de los niños y jóvenes encargados a su cuidado. CM 137.1

Las primeras lecciones son de gran importancia. Es costumbre mandar a los niños a la escuela con muy tierna edad. Se les exige que estudien de los libros cosas que recargan sus mentes infantiles, y con frecuencia se les enseña música. A menudo los padres tienen recursos limitados, y hacen gastos que casi no pueden sufragar, pero creen que deben hacer todo lo posible para cumplir con esta parte artificial de la educación. Tal conducta no es prudente. El niño nervioso no debe ser recargado en ningún sentido, y no debe aprender música hasta que esté bien desarrollado físicamente. CM 137.2

La madre debe ser la maestra, y el hogar la escuela donde cada niño aprenda sus primeras lecciones; y estas lecciones deben incluir los hábitos de laboriosidad. Madres, dejad a los pequeñuelos jugar al aire libre; dejadlos escuchar los cantos de las aves, y aprender del amor de Dios según se expresa en sus hermosas obras. Enseñadles lecciones sencillas del libro de la naturaleza y de las cosas que los rodean; y a medida que sus mentes se expandan podrán añadirse las lecciones de los libros, y grabarse firmemente en su memoria. Pero aprendan ellos también, aun en sus primeros años, a ser útiles. Enseñadles a pensar que, como miembros de la familia, deben desempeñar una parte desinteresada y útil en llevar las cargas domésticas, y procurar ejercicio saludable en el cumplimiento de los deberes necesarios del hogar. CM 138.1

Es esencial que los padres hallen empleo útil para sus hijos, que entrañe el desempeño de las responsabilidades que les permiten su edad y fuerza. Debe darse a los niños algo que hacer, que no sólo los mantenga ocupados, sino que los interese. Las manos y los cerebros activos deben ser empleados desde los primeros años. Si los padres descuidan la tarea de encauzar las energías de sus hijos por canales útiles, les causan un gran daño; porque Satanás está listo para darles algo que hacer... CM 138.2