Consejos para los Maestros

265/279

Obra médica y evangélica

En relación con nuestros colegios superiores, deben proveerse facilidades para dar a los alumnos instrucción cabal acerca de la obra misionera médica evangélica. Este ramo de la obra tiene que ser introducido en nuestros colegios y escuelas preparatorias como parte de la instrucción regular. Los alumnos deben aprender a cuidar a los enfermos; porque muchos de ellos tendrán que dedicarse a esta clase de obra, cuando emprendan la labor misionera en los campos a los cuales serán llamados. Hay que enseñarles a usar los remedios de la naturaleza en el tratamiento de las enfermedades. Mientras adquieran un conocimiento de la verdad presente, deben aprender también a administrar sanidad a aquellos a quienes van a servir. Debe dárseles sabia instrucción acerca de los principios del sano vivir. Es necesario considerar esto como una parte importante de su educación, aun cuando nunca lleguen a ser misioneros en países extranjeros. En las mismas escuelas primarias hay que enseñar a los niños a adquirir hábitos que les conserven en salud. CM 505.2

Aquellos que se están preparando para ser enfermeros o médicos necesitan recibir diariamente instrucción que desarrolle los más altos motivos de progreso. Deben asistir a nuestros colegios y escuelas preparatorias; y los maestros de estas instituciones de saber han de comprender su responsabilidad por trabajar y orar con sus alumnos. Los estudiantes deben aprender a ser verdaderos misioneros médicos, firmemente vinculados con el ministerio evangélico... CM 506.1

Si hay un sanatorio bien equipado cerca de un colegio, se podrá fortalecer grandemente el curso médico misionero, siempre que haya cooperación entre las dos instituciones. Los maestros del colegio pueden ayudar a los obreros del sanatorio con sus consejos, y hablando algunas veces a los pacientes. Y a su vez los encargados del sanatorio pueden ayudar en la preparación de los alumnos deseosos de llegar a ser misioneros médicos. Por supuesto, las circunstancias determinarán los detalles de todos los arreglos convenientes. En la medida en que los obreros de cada institución hagan planes abnegados para ayudarse unos a otros, la bendición del Señor descansará seguramente sobre ambas instituciones. CM 506.2

Nadie, sea maestro, médico o ministro, puede esperar ser un conjunto completo. Dios ha dado a cada hombre ciertos dones, y ha ordenado que los hombres estén asociados en su servicio, a fin de que los variados talentos de muchas mentes puedan fusionarse. El contacto de una mente con la otra tiende a vivificar el pensamiento y acrecer las capacidades. A menudo las deficiencias de un obrero quedan compensadas por los dones especiales de otros; y en la medida en que médicos y maestros se asocien para impartir sus conocimientos, los jóvenes que estén bajo su enseñanza recibirán una educación sistemática y bien equilibrada para servir. CM 506.3