Consejos para los Maestros

1/279

Consejos para los maestros

Prefacio

Ya en el año 1872 los adventistas del séptimo día comenzaron a recibir consejos concernientes a la educación cristiana, que emanaban de la pluma de Elena G. de White. El primer artículo abarcante sobre el tema mencionado se tituló “La educación debida”, y ha sido publicado en. Testimonies for the Church 3:131-160. En las 30 páginas de este artículo es posible encontrar, en embrión o ya bien desarrollado, cada principio fundamental que debiera dirigir la educación y la enseñanza de los niños y jóvenes. Por muy revolucionarios que puedan haber parecido algunos de estos conceptos en el momento cuando fueron escritos, hoy son reconocidos como válidos y apoyados por pensadores pedagógicos progresistas. Los adventistas pueden considerarse legítimamente como muy favorecidos por haber aparecido estos esquemas básicos de los principios educacionales en su literatura en una época tan temprana. CM 5.1

Ese breve pero abarcante bosquejo o plan general, dado para encaminarnos por la senda educacional correcta, fue seguido posteriormente por consejos adicionales y más detallados que han reiterado esos principios sentados al comienzo, han expandido su aplicación e instado a adoptarlos. Las obritas Christian Education y Special Testimonies on Education, publicadas en la década del 90, puso estos mensajes al alcance del público. CM 5.2

Finalmente, en el año 1903, el libro La educación, obra maestra en el terreno de la formación del carácter, fue ofrecido por Elena G. de White al público lector en general. Esta obra se ha reimpreso muchas veces y ha sido traducida a numerosos idiomas, y de este modo sus útiles mensajes han alcanzado a decenas de miles de personas en los EE. UU. y en otros países. Pero las detalladas instrucciones especiales, dirigidas específicamente a los adventistas, no pudieron incluirse en esta obra tan popular destinada a una distribución más bien general; y como los libros anteriores sobre el tema se habían agotado, una parte considerable de los mencionados consejos específicos de gran valor para nosotros, ya no podía conseguirse. Para remediar esto, en 1913 se publicó el libro que ahora ofrecemos al público hispano como una adición más a la excelente “Biblioteca del Hogar Cristiano”. CM 5.3

En este volumen se ofrecen los principios y los métodos que rigen una educación que “incluye no sólo la disciplina de la mente, sino también la preparación que determinará una moral sólida y un comportamiento correcto”—esa educación que “capacitará a los hombres y las mujeres para el servicio, perfeccionando y poniendo en ejercicio activo todas sus facultades”. CM 6.1

A medida que se desarrolla el tema, se establecen claramente las responsabilidades y los deberes de los padres, se dan consejos animadores a los maestros y se ofrecen instrucciones prácticas a los que dedican sus años juveniles a prepararse para una vida de servicio. CM 6.2

Al final de cada sección aparece una página con el título “Para un Estudio Adicional”, con referencias a otros libros de Elena G. de White con instrucciones similares. Con la publicación de los cuatro volúmenes titulados La educación cristiana (1923), Mensajes para los jóvenes (1930), El hogar adventista (1952), y Conducción del niño (1954), se han ampliado considerablemente las fuentes de material afín de la pluma de E. G. de White. Estos libros valiosos se incluyen en la sección mencionada. CM 6.3

Los publicadores desean que este libro pueda servir eficazmente como una guía para los padres y los maestros en la realización de “la obra más delicada que se haya encomendado a los mortales”, la de “volver a poner al hombre en armonía con Dios”. CM 6.4

Los Fideicomisarios de la Corporación
Editorial Elena G. de White
.