Consejos para los Maestros

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Los deberes de los padres

Los peligros de los jóvenes quedan grandemente acrecentados cuando se los asocia con gran número de otros jóvenes de diverso carácter y hábitos de vida. En tales circunstancias, muchos padres se inclinan a relajar más bien que a duplicar sus propios esfuerzos por custodiar y regir a sus hijos. Arrojan una tremenda carga sobre los que sienten la responsabilidad. Cuando estos padres ven que sus hijos se están desmoralizando, se inclinan a censurar a los que están encargados de la obra, cuando los males han sido causados por la conducta de los padres mismos. CM 316.1

En vez de unirse a los que llevan las cargas, elevar la norma de la moral, y trabajar con corazón y alma en el temor de Dios para corregir los defectos de sus hijos, muchos padres calman su propia conciencia diciendo: “Mis hijos no son peores que otros”. Procuran ocultar las faltas chocantes que Dios odia, no sea que sus hijos se ofendan, y actúen en forma desesperada. Si el espíritu de rebelión está en su corazón, será mucho mejor subyugarlo ahora que permitirle crecer y fortalecerse por la indulgencia. Si los padres quisieran hacer su deber, veríamos un estado diferente de cosas. Muchos de estos padres se han apartado de Dios. No tienen sabiduría de él para percibir las trampas de Satanás y resistirlas... CM 316.2

A cada hijo e hija debe pedírsele cuenta si se ausenta de la casa de noche. Los padres deben saber en qué compañía se hallan sus hijos, y en casa de quién pasan sus veladas. Algunos hijos engañan a sus padres con mentiras para evitar que quede expuesta su mala conducta. Hay quienes buscan la sociedad de compañeros corrompidos, y visitan secretamente en la ciudad tabernas y otros lugares prohibidos de placer. Hay alumnos que visitan los salones de billares y juegan a los naipes, lisonjeándose de que no hay peligro. Puesto que buscan solamente divertirse, se sienten perfectamente seguros. No son sólo los inferiores los que hacen esto. Algunos de los que han sido cuidadosamente criados y enseñados a mirar tales cosas con aborrecimiento, se están aventurando en el terreno prohibido. CM 316.3

Los jóvenes deben ser dominados por principios firmes, a fin de aprovechar debidamente las facultades que Dios les ha dado. Pero los jóvenes siguen tanto y tan ciegamente los impulsos, sin referencia a los principios, que están constantemente en peligro. Siendo que no siempre pueden tener la dirección y protección de padres y tutores, necesitan ser enseñados a regirse y dominarse a sí mismos. Se les debe enseñar a pensar y actuar de acuerdo con principios de conciencia. CM 317.1