Consejos para los Maestros

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Distribución equitativa del trabajo

La mente de los pensadores trabaja demasiado arduamente. Con frecuencia usan pródigamente sus facultades mentales; mientras que hay otra clase cuyo blanco más elevado en la vida es el trabajo físico. Esta última clase no ejercita la mente. Ejercitan sus músculos, pero privan a su cerebro de fuerza intelectual, mientras que la mente de los hombres pensadores se recarga al paso que su cuerpo queda privado de fuerza y vigor por su negligencia en cuanto a ejercitar sus músculos... Si los intelectuales compartiesen hasta cierto punto las cargas de la clase trabajadora, y fortaleciesen así sus músculos, la clase trabajadora necesitaría hacer menos, y podría dedicar una parte de su tiempo a la cultura mental y moral. Los de hábitos sedentarios y literarios debieran hacer ejercicio físico, aun cuando no necesitasen trabajar para conseguir recursos. La salud debe ser un incentivo suficiente para unir el trabajo físico al mental. CM 276.3

La cultura moral, intelectual y física debe combinarse a fin de tener hombres y mujeres bien desarrollados y equilibrados. Algunos están preparados para ejercitar gran fuerza intelectual, mientras que otros se inclinan a amar y deleitarse en el trabajo físico. Ambas clases deben procurar perfeccionarse donde son deficientes, a fin de presentar a Dios todo su ser, en sacrificio vivo, santo y aceptable para él, que es su culto racional... CM 277.1

Los que se conforman con dedicar su vida al trabajo físico, y dejan a otros que piensen por ellos, mientras ejecutan simplemente lo que otros han planeado, tendrán músculos fuertes, pero intelectos débiles. Su influencia para bien es pequeña, en comparación con lo que podría haber sido si hubiesen usado su cerebro tanto como sus músculos. Esta clase cae más fácilmente si es atacada por la enfermedad, porque el organismo no está vivificado por las fuerzas eléctricas del cerebro para resistirla. Los hombres que tienen buenas facultades físicas, deben educarse a pensar tanto como obrar, y no depender de los demás para que les sirvan de cerebros. CM 277.2